Guayaquil atraviesa un desabasto en los cementerios en la búsqueda de un entierro digno

Quito, 09 abr (La Calle). – Guayaquil enfrenta la muerte. Muerte que ahora no sólo se encuentra en las casas y en las calles. También se acumula en los cementerios.

Es tanta la demanda que la ciudad ha no se da abasto. La gente construye con cemento o madera, bóvedas improvisadas para darle un lugar de descanso a sus seres queridos.

Algunos no pueden acceder a los cementerios de la ciudad y al tener a sus familiares durante varios días, la desesperación los conduce a escenarios difíciles de digerir.

En el trayecto de Guayaquil a Cerecita, un control militar para a un trooper. En él viajan cinco personas, todas con tapabocas. Uno de ellos va con la cabeza gacha. El soldado pregunta que le pasa, los demás responden que está dormido. Acto seguido le piden que lo despierte.

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Es imposible despertarlo. En efecto está dormido, si llamamos a la muerte un sueño eterno. Fue imposible convencer a los militares, quienes pidieron que todos se bajen del vehículo y llamen a la policía.

El video circula por las redes sociales. Muestra el vía crucis que muchas familias sufren para buscar un espacio en los cementerios fuera de Guayaquil.

El gobierno ha reiterado las palabras «entierro digno». Sin embargo, casos como este se repiten a diario en la ciudad costeña. Los videos han desnudado un sistema de funerarias y entierros deficiente y desorganizado. El negocio de la cremación se ha concentrado únicamente en los réditos que les da su trabajo y ofrece sus servicios por arriba de los USD 1.000.

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