Quito, 13 sep (La Calle).-“No me pregunten a mí la situación del Ballet Ecuatoriana de Cámara, se trata de una institución privada, una fundación, cuyo convenio ha terminado con la Casa de la Cultura Ecuatoriana, (BEC)”.
Quien habla es Fernando Cerón, presidente recientemente electo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Respondió así a la duda planteada sobre la situación del BEC, una institución que desde hace más de 30 años recibe recursos provenientes de la Casa de la Cultura.
“Este año no vamos a renovar el convenio con el BEC, eso nos significa liberar al menos un millón de dólares”. Realmente un poco menos, pues cerca de 764.000 que quedarían liberados del presupuesto del año pasado y se utilizarán para los distintos núcleos de la Casa de la Cultura.
La situación es grave: en Azuay, la imprenta está a punto de dejar de operar; en Manabí, las instalaciones se inundan a cada momento; en Galápagos, se arriendan los espacios; la situación también es compleja en Esmeraldas, Manabí y Santo Domingo.
Cuando se confunden casa con vivienda
En Quito, la utilización de los espacios del “edificio de los espejos”, también será reformulada.
En ese edificio existen 17 espacios culturales,11 tienen actividad permanente, otros, como explicó Cerón, se han convertido en bodegas, uno de ellos es “vivienda”.
“El Teatro Prometeo, al igual que otros espacios, serán traspasados al Núcleo de Pichincha para su administración por esta unidad, que será la encargada de definir su uso”.
En fin, quedó claro que el énfasis de Cerón serán los núcleos, la idea es apoyarlos, ya que la situación ha ido empeorando durante los últimos años.
Para comenzar a remediar esta situación se buscará que los recursos provenientes del alquiler del Teatro Nacional de la Casa de la Cultura como del Ágora, se distribuyan de forma equitativa.
Cerón, quien triunfó el pasado 14 de agosto, con 16 votos, fue director de la Casa de la Cultura núcleo de Tungurahua.
“Esperamos en dos años irle dando un giro a la casa, hasta lograr una transición total”.