Rinson López, el caleño que se hizo pasar como «puro criollo» busca una oportunidad

Quito, 22 ene (La Calle).- Durante su paso por Ecuador, el lateral derecho Rinsop López aprendió a subir y bajar por un costado de la cancha durante 90 minutos y algo aún más fundamental: la importancia de mantener la boca cerrada.

El único extranjero certificado que jugó con la camiseta de “Los Puros Criollos” de El Nacional era un hombre en silencio. Si metía un gol: callaba. Si le caían a patadas igual, lo importante era que nadie escuchara su acento colombiano.

Desde Cali, Colombia, donde radio La Calle lo contactó, cuenta que jugó con una cédula nacional falsificada. Un documento terminado en 4 del que todavía recuerda los once dígitos. Sobre cómo lo obtuvo y otros detalles guarda un adecuado silencio, “fueron cosas que hice de joven, ahora ya no tengo ningún contacto con esas personas”.

Fueron esas “personas”, de las que habla Rinsop, quienes lo conectaron cuando apenas iniciaba su carrera de futbolista tras una infancia durísima. “Trabajé como vendedor de limones por todo Cali. Mi mamá se fue para Panamá y mi padre estaba en las drogas”.

Su físico y sus condiciones técnicas llamaron la atención de muchos “enganchadores”, como se conoce a quienes buscan jugadores-promesa para venderlos a equipos de primera de Colombia, como Millonarios, donde tuvo un problema pues le acusaron de haberse robado unos zapatos.

Esa situación, lo convenció de que era momento de venir al Ecuador. Luego de pasar por varios clubes como Aucas, Macará y otros, recaló en El Nacional de 2017, un club creado por las Fuerzas Armadas, que desde su creación solo contrata elementos nacionales. “La chance me apareció en el equipo más complicado, pero bueno, ahí le entramos”, dice.

Jugó 46 partidos de titular o suplente, pero, sin importar la circunstancia, siempre lo hacía con angustia y tensión crecientes; en cualquier momento alguien podría denunciarlo, cosa que finalmente ocurrió. En total jugó ocho años como «ecuatoriano».

Finalmente, fue llamado a la Ecuatoriana de Fútbol que le impuso una sanción de seis meses.

No fue el único, está claro

Cumplida la pena, sobre él subsiste el estigma de la trampa. Una marca que flota sobre la carrera de varios futbolistas como en Moisés Cuero, por ejemplo. Cuero fue un destacado delantero ecuatoriano que terminó de goleador en el Sudamericano sub 17 de 1999 disputado en Uruguay. Después de su debut con Emelec, se descubrió que había alterado sus documentos. Su nombre real era Alberto y que no tenía 17 años sino 20.

Otros como Walter Corozo, más conocido como Wálter Ayoví supieron enfrentar el tema y contaron con su desempeño en la cancha como mejor escudo. La duda permanece, como es el caso de Alexander “Dida” Domínguez, actual suplente en Vélez Sársfield Argentina y titular en la Selección Ecuatoriana de Fútbol. Se dice de que nació en El Cauca (Colombia) y no en Tachina Esmeraldas.

Lo único cierto es que la presencia de Rinsop López rompió por la fuerza del engaño con ese INRI que le significa a El Nacional jugar, exclusivamente, con quienes hayan nacido en estas tierras, algo que podría haber contribuido a su descenso a la Serie B nacional. Los costos de elementos nacionales superan, en la actualidad, a muchos de los de los argentinos, uruguayos o colombianos que integran las plantillas de los equipos de la LigaPro, es un problema producto de la dolarización.

“El Nacional es mi equipo, soy hincha del rojo. Ofrezco disculpas, no quise afectarlos, lo siento de verdad”, contesta por whatsapp, Rinsop.

Recuerda, con evidentes dosis de nostalgia, que hasta disputó partidos de la Copa Sudamericana con El Nacional. “Lo hice por mi familia, sobre todo por mis hijas de 10 años y 8 meses”.

A los 33 años, este lateral busca una nueva oportunidad. Con tres bocas (hijas y esposa) que alimentar no acepta la angustia de seguir sin equipo.

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Le mando una buena foto actual, en esta estoy camisa, dice Rinson López.

Hace poco escribió un mensaje de twitter solicitando ayuda. ¿Alguien ya se ha pronunciado?No, -contesta-.

«Debe ser por la pandemia, pero no pierdo la fe. Tengo mentalidad fuerte, aunque he pasado por momentos jodidos, de enorme tensión y tristeza. De España me llamaron, pero se necesita un pasaporte comunitario y eso está complicado».

Se ejercita todos los días. Corre, práctica la técnica. Desde el desempleo, Rinson López esquiva las patadas del hambre. Como un lateral lanzado al ataque espera el momento justo en que la vida le lance un pase.

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