Quito, 09 may (La Calle). – Poco después de que la Fiscalía pidiera investigar a 93 asambleístas por dar paso a la conformación de una comisión que evalúe a la presidenta de la Legislatura, Guadalupe Llori, los medios privados también hacen lo suyo y han puesto todo su esfuerzo para lavar la imagen de la funcionaria.
Una crónica publicada este lunes por La Hora, nos cuenta del perfume de la presidenta de la Asamblea, de la “persecución” que sufre por parte de sus colegas legisladores, de lo buena que es con sus subalternos pero, sobre todo, habla de Llori como el único freno que impide que regrese el “correísmo”.
El texto dice que Llori es “la piedra en el zapato” del expresidente Rafael Correa y que la comisión que la evalúa está dirigida por el Partido Social Cristiano (PSC) y el correísmo, sus “enemigos políticos”.
Queda claro el mensaje de este trabajo periodístico: hay que sostener en la presidencia de la Asamblea a Guadalupe Llori, para evitar que el correísmo regrese. No importa si Llori tiene o no la capacidad para dirigir el órgano legislativo, no importa las veces que ha frenado el trabajo de la Asamblea, no importa que rompa con el proyecto político del partido al que pertenece. El único fin es impedir el retorno del “correísmo”.
¿Y la democracia? Parace que han olvidado su concepto y que el 47.50% de ecuatorianos votó, en 2021, por aquel proyecto político ideológico que hoy pretenden deslegitimar a toda costa.
Es necesario recordar también que sus propios coidearios de Pachakutik han repetido en varias ocasiones que Guadalupe LLori es servicial al Gobierno de Guillermo Lasso y que ha dado la espalda al movimiento indígena y a su proyecto político al intentar favorecer leyes antipopulares, de corte empresarial.
Denuncias de corrupción contra Llori
Hace poco, el exPachakutik, Bruno Segovia, dijo que Llori era el “peón de Lasso” y que denunciará formalmente a la presidenta de la Legislatura por gestión de cargos públicos. Aseguró que la funcionaria tuvo una confrontación con la prefecta de Orellana, Magali Orellana, por el reparto de cargos dentro de diversas instituciones de la provincia.
Asimismo, la bancada de UNES presentó tres denuncias en contra de la presidenta de la Asamblea por “corrupción, diezmos y piponazgo”.
Pero Llori sigue insitiendo en que el correísmo, el Partido Social Cristiano y algunos de sus coidearios autodenominados “rebeldes” intentan “tomarse por asalto” la Asamblea, desestabilizar el país y luego ir por el Consejo de Participación Ciudadana, para designar las autoridades de la Contraloría, la Procuraduría y el Consejo Nacional Electoral.
Es más, dice que la Asamblea nunca se paralizó, que siguen trabajando y que incluso tiene “altas posibilidades” para reelegirse. Sin embargo, parecería que los unicos que la quieren y defienden son los oficialistas de CREO.
Todos los poderes en pugna
La bancada oficialista, sutilmente, se pone de lado de Llori, apelando a la democracia. El propio presidente Guillermo Lasso dio, públicamente, su respaldo a la presidenta de la Asamblea. En declaraciones anteriores dijo que están en contra de los “intentos de desestabilización” que podrían darse en el interior de la Legislatura.
Asimismo, dijo que grupos liderados por Rafael Correa; el líder del PSC, Jaime Nebot; y el presidente de la CONAIE, Leonidas Iza, pretenden desestabilizar al país, empezando por la Asamblea.
Por su parte, Guadalupe Llori, haciendo honor a su afirmación de que solo Dios la sacará del cargo, ha apelado a la Función Judicial para mantenerse en el poder, primero, solicitando medidas cautelares y ahora pidiendo investigar a aquellos que quieren investigarla a ella.
La fiscal General, Diana Salazar, defendió esta investigación aduciendo que la institución debe indagar todas las denuncias, de cualquier ciudadano. Sin embargo, no dijo ni ha hecho lo mismo con los pedidos de investigación referentes a INA Paper o Pandora Papers, por ejemplo.
UNES, PSC, y un sector de Pachakutik, ligado a la CONAIE, rechazaron la actuación del poder judicial y denunciaron injerencia de funciones. Dicen que Salazar pretende interferir en las competencias del Legislativo. Pese a todo ello, 93 investigaciones están en curso.
“Siempre he generado pasiones de odio o de amor“, dice
Esta larguísima crónica de La Hora nos deja claro que los medios no están fuera de la pugna de poderes. La objetividad e imparcialidad ya no están en el discurso de los medios tradicionales y ahora, de frente, toman partido en el objetivo de “descorreizar” al país, sea lavando la imagen de funcionarios o callando ante la ineficiencia del gobierno de turno.
Pero también nos deja claro que Llori se ve a sí misma como un estandarte de la lucha “anticorreísta”, más no como una representante del poder popular, como una representante del pueblo de a pie, cuya obligación es trabajar para dar bienestar a los ciudadanos.
“Si yo me voy, regresa el correísmo. Y no puedo hacerle eso al país”, ha dicho la presidenta de la Legislatura, como una de sus mejores justificaciones para seguir en el cargo.
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