Quito, 30 oct 2020 (La Calle).-Para Lenín Moreno, en Ecuador no hay hambre gracias a dos factores:
– Un gobierno responsable
– A la visión social del Fondo Monetario Internacional.
Estas son apenas dos de la ideas que expuso el Mandatario en una videoconferencia organizada por AS/COA America Society Council of the Americas. Un foro internacional que relaciona a los mandatarios con empresarios de la región y los Estados Unidos.
Moreno, al inicio de la charla, se mostró empático con los empresarios. “Tiempo atrás cuando tenía una ideología marxista sostenía una idea errónea de los empresarios, pero ahora tengo otro concepto. Justo ayer decía a un amigo, que los trabajadores suelen criticar a los empresarios, pero no dicen nada de los deportistas, que a veces tienen hasta más dineros y lujos”.
(No es la primera vez que Moreno se refiere de forma despectiva a los deportistas).
Sobre el COVID
Antes de explicar cómo Ecuador se convirtió en líder mundial en el control de contagios y muertes, Moreno aseguró que fue víctima de una emboscada. “Yo heredé una emboscada, la típica emboscada de los socialistas del siglo XXI. Supongo pensaban que no ganaría las elecciones, por lo que me dejaron un escenario que aseguraba mi fracaso en el poder”.
Fue, según Moreno, gracias a las decisiones de su gobierno y a la “conciencia social del FMI”, que Ecuador logró convertirse en un ejemplo regional para el control de la pandemia. «No sabemos de donde vino el virus, pero el conocimiento de los epidemiólogos, nos ha permitido combatirlo de manera adecuada con la trilogía: distancia, aseo permanente y el uso de la mascarilla.
Yo herede una emboscada, la típica emboscada para quienes suceden el poder con el fin de que fracasen. “Al próximo Gobierno no le va a quedar la mesa servida, como me dijeron a mí, pero sí un mejor escenario para desenvolverse con normalidad”.
Perro muerto se acabó la rabia
La frase de arriba es otra máxima del Ministro de Salud. Esa idea “importante”, según Moreno, permitió que héroes como “Jorge Wated empezaran a recoger cadáveres”.
Se refiere al actual presidente del Seguro Social, que en los meses de crisis por los fallecidos en Guayaquil, se habría puesto a levantar cadáveres directamente.
«Jorge Wated es una persona pequeñita (sic) pero grande en sus acciones, Wated, empezó a recoger cadáveres por su cuenta. Fue el ministro de Salud, Juan Carlos (perdón me olvide el apellido), quien dejó claro que se podían recoger los cadáveres. Perdonen la frase pero él dijo: aperro muerto, se acabó la rabia. Fue en ese momento que empezó una tarea de conseguir carros frigoríficos, ya que la gente dejaba en las calles los cuerpos por temor a un contagio”.
“En Ecuador no hay hambre, porque hay un gobierno responsable”.
Fue entonces, que dijo otra de sus perlas doradas: “no hicimos lo popular sino lo correcto, pues la demagogia no salva vidas”. Enseguida, calificó a los empresarios de héroes, al igual que los campesinos, pues gracias a ellos, se salvo el pan de la mesa.
Tablets para todos los niños
Llegó el momento de las preguntas. Y la situación tampoco mejoró. Según el Presidente del Ecuador, la reforma tributaria y la firma de un nuevo Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, serán cuestiones del próximo gobierno.
Por lo pronto, las acciones de su gobierno hasta finalizar su periodo serán:
– Tablets para los niños
– Conexión de internet gratuita para el menos el 95% de los ecuatorianos.
Reiteró su admiración por los Estados Unidos en especial en términos empresariales. Además, confesó su deseo de que la administración del Metro de Quito y del sistema de salud, recaiga en manos privadas.
Para terminar, esbozó una pregunta: ¿por qué roban tanto?, en relación a la corrupción.
“El Socialismo del Siglo XXI quiso crear algo similar al Reich alemán: un gobierno de más de mil años (al menos de 300). Por eso necesitan robar tanto, no existe otra explicación”.
La intervención terminó con un llamado a todos los empresarios para que vengan al país, sobre todo si tienen un “interés esotérico”.
Al final, la complacencia de Moreno se reflejaba en su rostro; no obstante, hasta el cóndor del tricolor nacional colocado en su despacho, parecía haber envejecido demasiado.