Tomado de EL TIEMPO
Quito, 11 ene (La Calle).- Millones de bogotanos alimentaban la idea de celebrar el fin de un año de muchas dificultades y restricciones, por cuenta de cinco meses de cuarentena, se empezaron a activar las alarmas por los contagiados con COVID-19.
Era una realidad el incremento y los expertos debatían sobre si la capital estaba en una segunda ola de la pandemia o era una más de las fluctuaciones de la curva, el escepticismo se mantuvo.
Solo a partir del 15 de diciembre las dudas empezaron a despejarse. De un día para otro, los casos del nuevo coronavirus dieron un salto de 4.362 positivos, al pasar de un acumulado de 420.646 a 425.008, una cifra superior a las reportadas a finales de julio.
La confirmación llegó con el “guayabo” de las fiestas de fin de año y Año Nuevo.
El domingo 3 de enero, los secretarios de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, y de Salud, Alejandro Gómez, en rueda de prensa les dijeron a los bogotanos que ya estábamos en una segunda ola y que había un preocupante nivel de contagios.
Los dos funcionarios, entonces, anunciaron que se volvía a la estrategia de las cuarentenas estrictas, como se hizo en marzo, al comienzo de la emergencia sanitaria.
El médico Carlos Álvarez, vicepresidente de Salud de la clínica Colsánitas y quien asesora al Gobierno Nacional y al Distrito sobre el comportamiento del coronavirus, considera la ocupación de las camas UCI, como uno de los indicadores claves.