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Los recursos del FMI tienen una condición: que el Banco Central vaya al sector financiero privado

Quito, 17 de ene (La Calle).- El tercer desembolso de recursos que el Fondo Monetario Internacional (FMI) entregará al país tiene un solo objetivo: “que el Banco Central del Ecuador sea parte del sector financiero privado”, advierte el Observatorio de la Dolarización.

El desembolso es parte del acuerdo crediticio firmado a finales de septiembre de 2020 entre el Gobierno Nacional y el organismo multilateral. El FMI entregó en los últimos meses de 2020 los dos primeros desembolsos; cada uno por USD 2 mil millones.

Para este tercer crédito, el Ejecutivo y el FMI insistirán en las reformas al Código Orgánico Monetario y Financiero que fueron archivadas por la Asamblea Nacional en noviembre de 2019.

Dichas reformas, conocidas como Ley Trole 4, modificaban muchos cuerpos legales en distintas materias que por inconstitucionales ponían en peligro la dolarización, indica el análisis.

Luego del segundo desembolso en diciembre de 2020, el FMI ratificó en la “necesidad” de aprobar las enmiendas al Código Monetario y Financiero. El gobierno de Moreno ha sido felicitado por promover y acatar las órdenes.

Mauricio Pozo, el alfil de la banca y los grupos económicos

La misión del ministro de Economía y Finanzas Mauricio Pozo es continuar la obra de su predecesor Richard Martínez: “cumplir los compromisos con el FMI y la banca privada de otorgarle ‘independencia’ al Banco Central”.

Esta “independencia” de los Bancos Centrales proviene de una línea teórica obsesionadas por el equilibrio fiscal sin importar las consecuencias sociales.

El análisis menciona que con dicha “independencia” se evita que un gobierno adquiera financiamiento por parte del Banco Central. Así pues, el gobierno obligatoriamente debe reducir el gasto público y su rol en la economía de un país.

La “independencia” del Banco Central asegura los pagos al FMI

El Observatorio señala que al FMI no le importa que el dinero se utilice para mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos, sino que le paguen las deudas adquiridas.

El acuerdo suscrito en septiembre de 2020 precisa las intenciones y fines sobre las reservas internacionales del Ecuador. Tales reservas, a cargo del Banco Central, “deberán acumularse para garantizar los pagos de deuda a los acreedores, especialmente, el propio FMI”, reza el acuerdo.

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Fuente: Observatorio de la Dolarización

En suma, el FMI otorga dinero al Ecuador para que el Banco Central no toque sus reservas internacionales, y tenga garantía de que las deudas van a ser cubiertas. Sin dejar de lado las fuertes condiciones de política económica pactadas: recorte al estado, precarización laboral y desregulación a los grandes capitales.

Hay más…

El 14 de enero del año en curso, el ministro Pozo anunció un acuerdo macro con la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC) de los EE.UU. El objetivo, “acceder a recursos para pagar deuda que se desembolsa si Ecuador vende sus activos estratégicos”. Es decir, establecer una especie de “garantía hipotecaria” al pago de deuda y asegurar las privatizaciones sobre estos sectores.

Como resultado, la hipoteca a pagar significa privatizar la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), las hidroeléctricas, telefónicas y demás sectores que le generan activos al Estado.

Discurso contradictorio del FMI

En medios de comunicación, los directivos del FMI aconsejan a los gobiernos y bancos centrales a inyectar recursos para salir de la crisis económica y sanitaria a todos los países del mundo. Consejos que han implementado la mayoría de países indistintamente de su pelaje político. No obstante, en Ecuador, el acuerdo con el FMI hace todo lo contrario.