Lasso y El Comercio: una reunión a escondidas entre aliados

Quito, 4 ene (La Calle).- ¿Cuántos trabajadores y extrabajadores de este país han podido reunirse con el presidente de la República? Pocos, muy pocos. Generalmente, sus representantes sindicalizados.

Sin embargo, la víspera el presidente Guillermo Lasso recibió a puerta cerrada a los obreros y a los despedidos de diario El Comercio. A ellos les ofreció garantías para que la empresa, propiedad del mexicano Ángel González, cumpla con los pagos pendientes de noviembre, diciembre y décimo tercer sueldo. 

De acuerdo con Fundamedios, la crisis económica, producto de la falta de pago en las liquidaciones de los extrabajadores de El Comercio afecta a la salud mental de esos ciudadanos. Bastó esa alerta, sin un sustento serio que lo avale, para que Lasso vaya y se ponga a los pies de sus aliados. 

Desde el gobierno no hay anuncios oficiales al respecto, y, por supuesto, entre la ciudadanía hay muchas dudas respecto de la reunión debido a que la situación de los comunicadores no es distinta a la de miles de obreros en el país, que no tienen acceso al poder. 

El Comercio ha sido un medio aliado del gobierno, con ausencia de voces críticas y más bien dócil ante un poder que le resulta cómodo. 

¿Qué pasa con otros periodistas?

El antecesor de Guillermo Lasso, Lenín Moreno, inició el remate de los bienes de la empresa de Medios Públicos en liquidación. En febrero de 2021,  invitó a las personas naturales y jurídicas a participar en el primer proceso de remate de vehículos.

La venta de los bienes de la empresa pública es la cereza en el pastel de destrucción de los Medios Públicos que empezó en mayo del 2020. Para el 24 de julio de ese añi, oficialmente despidieron a 509 empleados y, con ello, precarizaron el trabajo de los comunicadores.

Esos periodistas debieron esperar largos meses para recibir sus liquidaciones, y hay casos en lo que todavía no existe el dinero para ese rubro. Pero a Lasso eso no le importa. 

No son los únicos…

Los trastornos de salud mental como depresión, ansiedad y estrés no sólo están presentes en los trabajadores de El Comercio, sino en las más de 6 millones de personas que trabajan en la informalidad o no tienen un empleo.

También están presentes en los trabajadores de los medios incautados que han solicitado al Ejecutivo ayuda para el pago de sus liquidaciones, un deber que solo ha quedado en promesas de campaña. Hasta la fecha no ha existido una reunión entre estos extrabajadores y el presidente.

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