Por: Sebastian Bamontes
Quito, 24 may (La Calle). – Desde el primer día de gestión, Guillermo Lasso empezó a deslindarse de sus responsabilidades con la quemada frase, usada también por su antecesor, Lenín Moreno: “la culpa es de Correa”.
Banquero y político desde no hace mucho, logró ser presidente de la República aprovechándose de los sectores antagónicos al correísmo. Con una propuestas electoral de derecha, adornada con frases demagógicas, apelando a la libertad y a un nuevo Ecuador, el 11 de abril fue electo con el 52.46% de los votos.
Posesionado el 24 de mayo, apenas se sentó en Carondelet demostró cierta inclinación hacia el sector empresarial y en detrimento de los sectores populares. Proyectos de leyes tributarias, económicas y laborales empezaron a poner en su contra a muchos, incluso a aquellos que votaron en contra del candidato correísta, Andrés Arauz, como la Unión Nacional de Educadores.
Pero, sin duda, lo que llevó a enfrentarlo hasta con sus aliados como el Partido Social Crisitano (PSC), fue la falta de respuesta frente a los problemas que enfrenta el país. ¿Por qué hay desempleo?, cuestiona la ciudadanía, y Lasso responde: “La culpa es de Correa”. ¡Haga algo contra la inseguridad!, reclama la gente y Lasso responde: “La culpa es de Correa”.
Y así con la deteriorada infraestructura educativa, con la falta de medicamentos en los hospitales, con las obras inexistentes en su periodo, con carreteras en mal estado. Tras un año en el Gobierno, y luego de cuatro años de gestión de Lenín Moreno, Lasso sigue hechando la culpa de su incopentencia a Gobiernos anteriores.
Asismismo, que sus leyes fueran frenadas en el Legisaltivo era culpa de Correa. Pero no tardó en aumentar a dos enemigos políticos a su lista, el líder del Partido Social Cristiano, Jaime Nebot, y al presidente de la CONAIE, Leonidas Iza.
El triunvirato de la conspiración
El ‘triunvirato de la conspiración’ fue una más de las cortinas de humo, dignas del constante circo político en el que vive el Ecuador. Cuando vio que Iza comenzó a movilizar a los sectores populares y además que Nebot no le siguió el juego, solo le quedó seguir culpando de sus promesas no cumplidas a un exmandatario, a su exaliado y al movimiento indígena.
71% de ecuatorianos califican como mala la gestión de Guillermo Lasso
Los primeros 100 minutos para arreglar al Ecuador” se han convertido en un año y las espectativas que tenían algunos ecuatorianos en Lasso se han derrumbado. Parecería increíble, pero el Gobierno de Guillermo Lasso comienza a configurarse peor que el Gobierno de Lenín Moreno.
El Ecuador de hoy, es un Ecuador de desempleo e inseguridad, donde la ciudadanía debe migrar para buscar mejores oportunidades.
Las insituciones como en los 90
El Instituto Ecuatoriano de Seguridad, el Registro Civil, las casas de salud pública, el Banco del Pacífico, han sido reducidos a nada. Los servicios son decadentes. No hay materiales para trabajar, no hay recurso humanos, no hay turnos, han sido desmantelados. ¿La excusa perfecta para privatizar estas instituciones?. Del tema carcelario ni hablar.
Lasso cumplió su capricho de convertirse en presidente y ahora organiza comitivas de viaje para reunirse por zoom con autoridades de otros países, mientras los adornos protocolarios, incluidos los burócratas que escoltan a su esposa, gastan en viáticos que bien podrían ser destinados a la paupérrima educación que, según Lasso, iba a mejorar destinándole más ‘inversión’.
Si no ha quedado claro todavía, el mitómano crónico que viaja en el ‘lujo socialista’ hasta ahora no ha podido vender la aeronave y hace poco hizo un papelón por ello con el Gobierno de Colombia.
Siempre se dijo que administrar un país y una empresa privada o un banco, no era lo mismo, ni siquiera similar. Porque una empresa busca el rédito económico y un Estado el bienestar ciudadano. ¿El país o la banca? Ahora, tenemos clara esa respuesta.