Génesis Gómez, redactora
Quito 28 de ene (La Calle).- El colapso hospitalario frente a la demanda de pacientes por Covid-19 reforzó la demanda de tanques de oxígeno en los negocios particulares en julio, agosto y septiembre del año pasado.
Durante este periodo, la empresa SEIPRO, por ejemplo, recibía alrededor de 30 llamadas diarias por este servicio de las cuales 10 eran atendidas.
“Antes de la pandemia recibíamos entre dos y tres llamadas al mes por oxígeno medicinal. Generalmente lo usaban adultos mayores por ahogo o frío en las noches. En cambio, para agosto y septiembre, vendíamos alrededor de 10 tanques diarios hasta que se terminaron y no teníamos abastecimiento”, asegura la propietaria del local, Nathalie Albuja.
Entre diciembre del año pasado y enero de este año, la dueña del negocio afirmó que están aprovisionados del elemento, pero la demanda redujo a tres llamadas semanales. “Ahora los hospitales están abasteciendo de oxígeno a los pacientes. Si usted lleva su tanque a los centros de salud le recargan, entonces baja la compra a empresas privadas. El Estado, además, para evitar la especulación autorizó a todas las distribuidoras que realicen este trabajo incluso en tanques que no son de oxígeno medicinal”.
De acuerdo con las declaraciones de la empresaria, los tanques que, en principio, almacenaban nitrógeno o CO2,después de pasar por por un proceso de limpieza y un cambio de válvulas, se vuelven aptos para administrar oxígeno medicinal. Este proceso de ablución es realizada por empresas calificadas.
¿Cuál es el costo de este servicio?
SEIPRO maneja el 30% en oxígeno medicinal y el 70% del industrial. La venta de los tanques tiene un costo de USD 130. En cambio, si usted lleva un tanque vacío, de 6 metros cúbicos, es recargado por un costo de USD 40 incluido el transporte. La duración del oxígeno dependerá de la cantidad de litros por minuto que esté usando el paciente.
“Estos tanques usan los pacientes que tratan el Covid-19 desde sus casas. El oxígeno es muy importante, sin la la cantidad suficiente en nuestra sangre nuestras funciones vitales no se desarrollan de manera adecuada y por eso sienten el ahogo”, concluyó.