Quito, 22 sep (La Calle). – Las «fake news» no dan tregua. Un supuesto comunicado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) circuló en redes sociales. Según el documento, las FARC respaldarían la candidatura presidencial de Andrés Arauz, candidato del progresismo. Poco después, el grupo colombiano desmintió los hechos.
“Declaramos nuestro incondicional y combativo apoyo para el camarada Andrés Arauz, futuro presidente de la hermana república del Ecuador”, decía el supuesto comunicado de las FARC.
Esta noticia falsa se viralizó con rapidez y sirvió como pretexto para múltiples ataques al candidato del progresismo. Poco después, la página oficial de las FARC desmontó esta estrategia política.
“Respetamos la autonomía del hermano pueblo del Ecuador y no realizamos proselitismo político”, manifestó el grupo colombiano.
Distorsión de los hechos
A criterio de Hernán Reyes, investigador y catedrático universitario, las noticias falsas son comúnmente construcciones intencionales, con una finalidad expresa.
En ocasiones, se trata de distorsiones burdas de los hechos objetivos y, otras veces, de hechos completamente inventados. Estas noticias buscan impactar en las emociones del público, se viralizan rápidamente y provocan confusión.
“Según estudios recientes, en un grupo de 1500 personas, una noticia falsa puede viralizarse seis veces más rápido que una real”, mencionó Reyes. El resultado de este tipo de mensajes es la distorsión y el empobrecimiento del debate público.
Según Reyes, la estrategia de difundir «fake news» es propia del populismo de derecha. La campaña de Trump, en 2016, y las elecciones de España, en 2019, estuvieron marcadas por este tipo de mensajes.
“El supuesto apoyo de las FARC al candidato de la Revolución Ciudadana, Andrés Arauz, sigue esa tradición”, señaló Reyes.
La polarización de la escena política y el despertar miedo en la ciudadanía serían los ejes de este tipo de campaña. “Este tipo de mensajes serán parte de las estrategias del buró político de Lasso”, advirtió.
¿Qué hacer?
La regularización de las redes sociales no es un escenario factible. El control de estos espacios podría debilitar su rol como contrapeso de los monopolios mediáticos.
Lo importante, a criterio de Reyes, es buscar alternativas, como el fact-checking o la verificación de datos. La sociedad civil, la academia y los periodistas sin relaciones de dependencia pueden ser actores de este tipo de iniciativas, orientadas a enfrentar las noticias falsas. (JEB).