Tomado de Xataca.com
Quito, 3 de dic, (La Calle).-El primer caso de la variante Ómicron ha sido confirmado en México, por el subsecretario Hugo López-Gatell. Se trata de una persona de 51 años proveniente de Sudáfrica que tiene «enfermedad leve» y que ahora mismo está en un hospital privado de Ciudad de México. El pronóstico, dice el subsecretario, es favorable.
El subsecretario además vuelve a subrayar que no se tiene previsto cerrar fronteras dado que, como también sostiene la OMS, no es una medida útil para contener variantes. Además, detalla el subsecretario, desde el 26 de noviembre fue establecido un protocolo de vigilancia para identificar tempranamente casos de COVID-19, en personas que llegan del país.
La propia Organización Mundial de la Salud acaba de dar a conocer que ha detectado la presencia de Ómicron en 38 países, a solo una semana de que haya notificado sobre su existencia y se le oficializado el nombre.
La variante parece ser más transmisible, aunque todavía no hay información precisa sobre qué tanto. En todo caso, de momento no hay evidencia contundente para demostrar que la infección de COVID-19 provocada por la variante Ómicron de SARS-CoV-2 sea más grave. Sudáfrica está experimentando un repunte de casos pero no ha visto aumentar la mortalidad entre enfermos de COVID-19.
«Llamamos a conservar la calma y seguir aplicando medidas para evitar contagios: sana distancia, uso de cubrebocas, estornudo de etiqueta y lavado frecuente de manos».
La eficacia de las vacunas
Las farmacéuticas Novavax, Biontech y Moderna, así como el instituto Gamaleya de Rusia, han anunciado sus propias investigaciones sobre la variante Ómicron, en un intento por saber si pone en riesgo la eficacia de las vacunas desarrolladas hasta ahora. Al respecto la OMS señaló este mismo viernes 3 de diciembre que no hay evidencia que sugiera por ahora que una nueva vacuna sea necesaria. Los fabricantes por su parte han dicho que estarán listos para desarrollar una nueva fórmula si se amerita.
La variante Ómicron ha sido catalogada como «de preocupación» por la Organización Mundial de la Salud, categoría a la que antes han pertenecido las variantes Alfa, Beta, Gama y Delta, siendo esta última la dominante en casi todo el planeta.