El veto a Ley de Aborto por Violación muestra el odio y misoginia del presidente

Quito, 17 mar (La Calle).-Considerando la línea ideológica de Lasso, a la activista feminista, Tamara Idrobo, no le extrañó la decisión del presidente al vetar parcialmente la Ley de Aborto por Violación. “No me sorprendió, pero eso no significa que no deje de indignarme, de causar rabia, ira y mucha necesidad de acción (…) Todo el veto es la muestra de un odio, de una misoginia del presidente””, dijo.

El martes, el presidente presentó varias observaciones a la ley. Unificó el plazo para interrumpir el embarazo hasta las 18 semanas de gestación, sin considerar diferencia entre mujeres rurales, mujeres que viven en las ciudades y niñas y adolescentes. Además, dispuso la obligatoriedad de presentar denuncias y evidencias de la violación o autorizaciones, en el caso de menores.

“La primera indolencia del presidente es poner una temporalidad, sin entender la realidad de las niñas y las mujeres de la ruralidad”, dijo Idrobo, en una entrevista en Radio La Calle. La activista por los derechos de las mujeres argumentó que muchas veces las niñas desconocen que están gestando y eso limita el plazo para poder abortar.

Por otro lado, criticó duramente que se necesite como requisito una declaración juramentada. “¿Cuánto cuesta una declaración juramentada? ¿Existen notarías en las zonas rurales?”, preguntó indignada. Bajo todos estos preceptos, recalcó que se están negando toda la posibilidad de reparación a las víctimas de violación y, al contrario, revictimiza a las afectadas.

Reprochó que varios asambleístas y el mismo presidente gobiernen bajo creencias religiosos e impongan su postura olvidándose que existe un estado laico. “Son dogmas que ubican a la mujer como la sufridora, la abnegada, la sumisa y la que tiene que aceptar a servir a los demás y dar vida”.

Seguirá la lucha en las calles

Para Idrobo, la violencia policial ejercida contra las mujeres, durante el 8 de marzo, dejó un mensaje claro: represión total a todo aquel que cuestione al poder. “Creen que nos echaron gas, pero de verdad nos echaron gasolina y están prendiendo fuego que va ser imposible de apagar”, sentenció.

“Tarde o temprano el aborto libre en Ecuador va a ser un derecho libre y garantizado. Yo sé que esta lucha viene para quedarse” dijo. No obstante, inisitió en que frente al desamparo e indolencia de las autoridades, los derechos de las mujeres deben exigirse en las calles.

“No es cuestión de ser libre y querer serlo, es trabajar y exigir para que el estado y la sociedad no seje ser libre”, defendió.

Ejemplificó el caso de Argentina, que le costó 10 años de lucha para poder acceder al aborto. Al finalizar la entrevista, hizo un llamado a grupos en defensa de las mujeres a unirse desde las trincheras políticas y reclamar los derechos que han sido negados.

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