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“Quien retrase las elecciones, busca un golpe de Estado”, alerta Eduardo Paredes

Quito, 11 ene (La Calle). – Eduardo Paredes, asesor electoral, indicó que el proceso electoral de 2021 no cambiará su cronograma. De lo contrario, se estaría forjando un golpe de Estado. Estas declaraciones las realizó en el contexto de una posible destitución de cuatro miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE).

“A estas alturas todo está armado. Así que cualquier cambio es como un golpe de Estado. Las personas que lo instiguen deben ser calificadas de golpistas, lo que importa es la defensa del proceso electoral en el que participamos todos los ecuatorianos”, dijo a Radio La Calle.

Paredes indicó que, aunque los consejeros son las autoridades administrativas, los funcionarios técnicos de carrera podrían ser los encargados de controlar el cumplimiento del calendario electoral.

Posibles escenarios

“Lo mejor que le puede pasar al país es que el Pleno del Tribunal Contencioso Electoral, (TCE) no dicte la destitución. Este organismo puede modificar la sanción a partir de la sentencia del juez Torres. En ese caso, los Consejeros actuales dirigirán el proceso electoral hasta el 7 de febrero”, explicó.

El experto agregó que nadie puede modificar la fecha de elecciones. “Eso sería una infracción a la Constitución, lo que traería consecuencias realmente graves. Ese cambio no lo aceptarían los candidatos”.

La destitución de los consejeros tampoco representa, a juicio de Paredes, un cambio drástico en el proceso electoral. “Salen los cuatro consejeros y entran los suplentes. Esto no detiene el proceso electoral, que tiene un cronograma establecido y puede ser orientado desde funcionarios de orden técnico”.

Apelación al TCE

El TCE inadmitió, el 10 de enero, un recurso de ampliación y aclaración solicitado por la defensa de los consejeros del CNE, Diana Atamaint, Enrique Pita, Luis Verdesoto y José Cabrera, sobre quienes pesa una sentencia de destitución por el juez Ángel Torres.

Los sentenciados pueden presentar como recurso final la apelación al pleno del TCE, con lo que ganarían tiempo en sus cargos.