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El paso de Ecuador por la CAN fue solo retórica y oropel

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Quito, 3 de sep, (La Calle).– Según el exvicanciller y embajador de carrera Fernando Yépez, el rol nacional en la presidencia protémpore de la Comunidad Andina de Naciones, (CAN) estuvo lleno de lugares comunes.

“Se dijeron cosas que se quedaron en los discursos, que promovían la obviedad y reiteraban expresiones conocidas como la integración de los pueblos; en fin situaciones consabidas”.

Yépez es crítico con el único “avance visible” de la gestión como fue la aplicación de un protocolo roaming para telefonía celular en la región y las valoraciones aduaneras fruto de comités técnicos. “estos temas ya tenían un tiempo de cultivo, no son aspectos que puedan ser considerados avances directos o correspondientes a la presidencia protémpore del Ecuador, “Lo peor es que era esperable este desempeño, se partía de que existía una visión muy pobre sobre lo que significa la integración regional con fines de desarrollo”.

Yépez afianza su opinión en declaraciones brindadas por los voceros de este Gobierno que, desde el primer momento, colocaron su mirada en la Alianza del Pacífico, a pesar de que los acuerdos con México no avanzan. Por otro lado, las decisiones en política internacional también han generado sus consecuencias.

Se puede mencionar, sobre todo, la decisión de reconocer “al gobierno” de Guaidó en Venezuela y una especie de prolongado silencio para el retorno de ese país a la CAN y sobre la presencia de Chile en el marco regional.

Eso pasa por reconocer a Guaidó

“Ese alineamiento es fruto de una equivocada concepción política-ideológica que favorece los intereses de grandes potencias, como la ley DAV 222083 que se tramita en el Senado de los Estados Unidos y que fuera rechazada por la Asamblea Nacional”.

La débil presencia se expresó de cuerpo completo al momento de hablar de integración eléctrica. Lasso estuvo rodeado de presidentes de izquierda. Se lo notaba incómodo y la mirada del canciller ecuatoriano Juan Carlos Holguín reflejaba, por completo, que Lasso había perdido “su traje de emperador”.