El microtráfico y la prostitución clandestina se toman el centro de Loja

Quito, 31 dic (La Calle).- En Loja, provincia fronteriza al sur del Ecuador, la prostitución clandestina está ligada a la comercialización y el consumo de sustancias sujetas a fiscalización o drogas de consumo ilegal, como la marihuana, cocaína y heroína.

Cristina C. (nombre ficticio de la fuente), comentó a Radio La Calle que el barrio “18 de Noviembre” es uno de los sectores más golpeados por el microtráfico, que es caldo de cultivo para otros tipos de crímenes. Ella nació en el lugar y todos los días presencia esta realidad, sumada al aumento de asaltos y señaló que en dos ocasiones sufrió dos intentos de violación.

La ciudad de Loja ha cambiado, aseguran los moradores. Antes era tranquila, ahora cada noche los microtraficantes se apropian de las principales avenidas. No están solos, las trabajadoras sexuales los ayudan a movilizar las drogas.

“Aquí el tema ya es delicado, el microtráfico y la prostitución clandestina abundan en esta parte de la ciudad, esto altera el derecho a la paz de quienes habitamos el sector”, exclamó Carmen Pineda (nombre ficticio), otra moradora que habita en el “18 de Noviembre”.

Cuando cae el sol empiezan a desplegarse los microtraficantes. Los ciudadanos identificaron que a partir de las 23:00, el problema se agudiza, expresó Diego Pineda, comerciante de plásticos del lugar. Las calles José Antonio Eguigeron y Avenida Universitaria son lugares donde prolifera la actividad. Sobre todo, porque allí es una de las zonas donde los trabajadores/as sexuales ejercen su trabajo.

Más puntos de encuentro

Otro punto es el Mercado Central, en el Centro Comercial. “Hay un callejón sin salida de la calle Rocafuerte donde se comercializa la droga y en horas de la noche se ve una gran cantidad de personas fumando, otras consumiendo alcohol. Mientras las prostitutas ofrecen sus servicios a los transeúntes, quienes a menudo son asaltados en horas de la madrugada”, señaló Jaime Valdivieso, quien trabaja en el mercado de Loja.

Los microtraficantes también “reclutan” gente, entre ellos a jóvenes estudiantes. En las paradas de buses del Parque Bolívar y en la calle 10 de Agosto, los antisociales ofrecen drogas o la “oportunidad” de ganar dinero como vendedores a los menores de edad.  Para que la tarea sea más fácil, los criminales identifican a los jóvenes de bajos recursos económicos para convencerlos.

La ciudadanía exige que las autoridades tomen cartas en el asunto. Los moradores advierten que el microtráfico está escalando a niveles increíbles. Los llamados al Ministerio del Interior y a la Policía Nacional y Municipal han sido reiterados.

La prostitución clandestina y el microtráfico

Los habitantes consideran que el fenómeno abarca una gran parte del sector céntrico de la ciudad. Mariana Vega, propietaria de un restaurante en el sitio, considera que la parte más crítica es la Avenida Universitaria, hacia la rivera de los ríos. Ella tiene cámaras de seguridad instaladas en las afueras de su negocio, donde registra cómo las trabajadoras sexuales o venden dosis de droga o la movilizan.

“Se ve que se encuentran organizados en una red y cada vez que la Policía hace requisas ellos se pasan la droga de persona a persona, para que los uniformados no les encuentren nada”, refirió Vega.

Germania R., es dirigente de la parroquia urbana El Sagrario. Ella comentó que gracias a la organización de la comunidad y el apoyo de ciertas autoridades se realizaron diferentes campañas para limpiar el sector y combatir el problema. Pero, desde el mes de noviembre pasado, llegaron personas nuevas a engordar las filas de la red de microtráfico, unas colombianas y otras de la costa ecuatoriana.

Otras posturas

La presidenta del barrio cree que la prostitución clandestina se apoya de negocios dedicados al hospedaje como pensiones, residenciales y hostales. “Hemos realizado reuniones con las autoridades para que intervengan estos lugares de prostitución clandestina para redirigir estas actividades a la zona de tolerancia, donde se controla y regula”, dijo.

Para Enrique Sangurima, morador de la parroquia El Sagrario, la prostitución clandestina y callejera no tiene ningún control de higiene y representa un foco de contagio. Manifestó que uno de sus familiares fue contagiado al tener relaciones con una trabajadora sexual del Parque Bolívar.

Omar Celi, es sociólogo y docente universitario, desde su punto de vista, esto del microtráfico genera otros problemas sociales como la delincuencia, el alcoholismo y la prostitución ilegal que representa un foco infeccioso para la proliferación de enfermedades de transmisión sexual como el VIH-SIDA. Además de una serie de delitos que se relacionan con este tipo de mafias como trata de personas, sicariato, extorciones y demás.

En la ciudad, los casos de VIH-SIDA están por encima de los 800 y la cantidad de enfermedades de transmisión sexual, van en aumento. Así lo destaca Jorge Yaruquí, responsable de la Unidad de Atención Integral a personas con VIH-SIDA del Hospital General Isidro Ayora de Loja, quien hasta el día de hoy detalla la existencia de 500 casos activos con mayor incidencia en los cantones Loja, Catamayo y Macará. El género masculino es el más afectado, ya que por cada mujer existen cuatro hombres infectados de SIDA. (I). (FDTS).

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