Quito, 20 abr (La Calle).- Hace 15 años, el 20 de abril de 2005, el expresidente Lucio Gutiérrez salía del Palacio de Carondelet en un helicóptero con dirección al aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, después de siete días de protestas ciudadanas. Gutiérrez fue el último presidente en caer en medio de un golpe de Estado y la queja popular.
Después de este tiempo, las diferentes alianzas y la coyuntura del país ha permitido que su partido Sociedad Patriótica (PSP) mantenga un pequeño poder en la Asamblea Nacional.
Primera Vicepresidencia en el Legislativo
El único representante del Partido Sociedad Patriótica (PSP) en la Asamblea Nacional es César Solórzano, quien fue elegido primer vicepresidente del Legislativo con 98 votos a favor. El triunfo se dio después de acuerdos legislativos entre Alianza PAIS, CREO y la Bancada de Integración Nacional, una alianza de las bancadas con minoría (Pachacutik, Izquierda Democrática, Sociedad Patriótica e independientes)
30S y caída del partido
El 30 de septiembre de 2010, un grupo de policías se sublevaron en el Regimiento Quito. El incidente produjo la retención del entonces presidente Rafael Correa casi todo el día en el Hospital de la Policía. Los uniformados reclamaban el regreso de sus derechos que, según ellos, La Ley de Servicio Público les arrebataba.
Al final del día, después de ser rescatado por las Fuerzas Armadas, en un enfrentamiento que dejó fallecidos de ambos lados, el expresidente Correa dijo que ese grupo policial fue manipulado por el expresidente Gutiérrez y gente cercana a él como su abogado Pablo Guerrero, quien guió una turba que destruyó las instalaciones del medio televisivo público EcuadorTV.
Correa relató que cuando les mencionó a los uniformados, el alza de sueldos que su gobierno hizo a la tropa, ellos respondieron a coro “eso hizo Lucio”. Para las elecciones presidenciales de 2013, Gutiérrez quedó en tercer lugar con solo 6.73% de votos y su partido obtuvo cinco escaños en el Legislativo.
Para 2017, Patricio Zuquilanda, candidato por el PSP quedó en penúltimo lugar y solo lograron entrar a la Asamblea dos candidatos, el peor resultado del partido.
La Rebelión de los Forajidos
Tras el triunfo en las elecciones de 2002, impulsado por el partido Pachacutik y sectores sociales de la izquierda, Gutiérrez prometió una política de atención a los sectores más desfavorecidos de la población.
Sin embargo, terminó visitando Washington y diciendo que buscaba convertirse en “el mejor amigo de los Estados Unidos”. En 2004, pidió al Congreso renovar la Corte Suprema de Justicia, cuyos miembros, en su mayoría pertenecían al Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) y eran cercanos al expresidente Abdalá Bucaram. La nueva Corte, llamada Pichi-Corte debido al apodo del presidente, Guillermo Castro Dager, desestimó los procesos legales de Bucaram, lo que le permitió regresar al país desde su exilio en Panamá.
El retorno del expresidente, sumadas a las acusaciones de nepotismo, corrupción, inflaron la ira de la clase media quiteña, quienes el 13 de abril de 2005 salieron a protestar de forma espontánea contra el presidente. Fueron a buscarlo a su domicilio y Gutiérrez los llamó forajidos, adjetivo que usaron para legitimar su lucha. Ante el silencio de los medios de comunicación, Radio La Luna tomó la posta para dar voz al clamor popular.
Finalmente, el 20 de abril, las entradas a Quito se cerraron y el Congreso Nacional se reunió en la Sede de CIESPAL y aprobaron el puesto de presidente vacante bajo la figura del abandono del cargo. Cynthia Viteri, presidenta del Legislativo, nombró a Alfredo Palacio como nuevo jefe de estado.
Casi al mismo tiempo y en medio de una llovizna, el presidente derrocado llegó al aeropuerto de Quito, sin percatarse que una foribunda turba lo esperaba, Gutiérrez tuvo que correr nuevamente al helicóptero, resbalándose en el proceso, se refugió y en los siguientes días logró salir del país con dirección a Brasil. Pasó por los Estados Unidos, Colombia, para volver voluntariamente al país donde estuvo seis meses preso en el Penal García Moreno.
Gutiérrez representa el fin de un momento histórico para el país. Desde 1988 hasta 2005 pasaron por la silla presidencial nueve mandatarios. Tres de ellos no llegaron a completar el periodo (Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Gutiérrez).
