Quito, 26 marz (La Calle).- Familiares y amigos de Gladys Almeida Montaluisa conmemoraron este sábado el Día de la Combatiente ecuatoriana, con un homenaje a su memoria. Una cantata en Guayaquil fue el escenario para recordar su pensamiento y acción, además de una invitación inagotable a la rebeldía.
Gladys Almeida Monteluisa, o Sara como era conocida en la lucha social, fue asesinada por el gobierno de León Febres Cordero. La joven, con tan solo 19 años, perteneció al movimiento guerrillero Alfaro Vive Carajo (AVC) junto a su madre y hermano, con quienes soñaba alcanzar un mundo mejor.
Con un reconocimiento al rol histórico que ha desempeñado la mujer en todo el mundo, además de destacar nombres de mujeres revolucionarias como Manuela Cañizares, Manuelita Sáez y Consuelo Benavidez se dio inicio con la celebración.
«A veces se tiene el estereotipo aquel, que la mujer es simple y llanamente una persona que debe estar en la cocina y le llamamos el sexo débil y no es así», expresó Hugo Jácome.
El evento transcurrió acompañado de los fervientes gritos de «¡Alfaro Vive, la lucha sigue!» y «¡Alfaro Vive, Carajo!», junto con la intervención de artistas como Guillermo Mosquera y Jan Carlos. Hubo, además, lectura de poemas.
Así también, en la celebración intervinieron varios de los integrantes del movimiento Alfaro Vive Carajo, entre ellos su director Nacional, Edgar Frías, la madre de Sara, Gladys Monteluisa, Hugo Jácome, Vanessa Morocho, entre otros.
«Tenemos que hacer que Sara se multiplique. No necesitamos mártires, necesitamos militantes; soldados bravos, aguerridos, conscientes y firmes para continuar esta lucha que, ni empezó hoy ni muere hoy», expresó Gladys Monteluisa, la madre de Sara.
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El equipo de Radio La Calle acompañó este evento y lo transmitió para todo el mundo. Usted puede ver el evento completo en este enlace: VER VIDEO COMPLETO.
El asesinato de Sara
Existen mujeres invisibilizadas en la vida y en la muerte. De sus tristes historias se encarga el silencio. Este es el caso de la joven Gladys Janeth Almeida Montaluisa, ejecutada extrajudicialmente por agentes policiales del ex SIC durante el gobierno de Febres Cordero. Hoy, a 36 años del crimen de Estado ocurrido el 26 de marzo de 1986, su madre Gladys Montaluisa evoca una historia clamando justicia a un sistema judicial que, junto con invisibilizar, silencia a sus víctimas.
Eran los días de la represión armada del gobierno socialcristiano contra miembros del grupo Alfaro Vive Carajo, AVC, y en ese tiempo diversos núcleos familiares militaban en sus filas. Gladys de 16 años, estudiante de secundaria, formaba parte de AVC junto a su hermano Santiago y su madre. La represión era política de Estado, se estima que hubo aproximadamente 500 casos de tortura policial y militar con un saldo de 150 desaparecidos. La CIDH, Corte Interamericana de Derechos Humanos, luego de condenar al Estado ecuatoriano, le impuso la obligación de reparar a las víctimas, investigar y sancionar a los responsables de los crímenes extrajudiciales. Nunca se cumplió lo establecido por la CIDH.
“A mi hija la mataron los policías porque la confundieron con otra militante. La ambición de esos agentes por cobrar dinero a cambio, los llevó a cometer el crimen”, cuenta doña Gladys Montaluisa: “yo la enterré cantando y no les di el gusto de verme llorar. Hoy solo pido justicia por el asesinato de nuestra hija”.
¿Quién fue Gladys Almeida?
La joven Gladys creció en el seno de una familia humilde en el barrio La Colmena, al sur de Quito. De padre obrero y madre dedicada a labores del hogar, compartió necesidades con tres hermanos, sin embargo, vivía preocupada por la gente humilde de su entorno. Regalaba ropa y comida a los niños pobres del vecindario; quería estudiar medicina para ir a trabajar al campo con los pobres. “En esa situación –narra doña Gladys– comprendió que no tendría derecho a ser libre, tener vivienda, educación, a través de votos, y decidió la guerra y en ese camino conoce a Fausto Basantes”.
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