Por: Fernando Ponce
La democracia, esa palabra tan bonita que nos hace creer a los ciudadanos que nuestra opinión cuenta y que es gracias a nosotros que el país toma un rumbo hacia el desarrollo. Ese concepto tan prostituido por politiqueros corruptos desde tiempos inmemoriales, que están en las altas esferas del poder incluso desde que nuestros padres y abuelos tienen memoria.
Y es que la democracia solo se vive cada cuatro años, con papelitos que se pierden en el olvido de una bodega abandonada, hasta que alguien decide armar años viejos con ellas. ¿Pero qué pasa durante esos 4 años que supuestamente el pueblo le da el poder a un representante que le juró lealtad y, sobre todo, trabajo duro para sacarlo adelante? Pues, lo estamos viviendo en carne propia, en el presente.
Estamos viviendo una época de crisis y terror para nuestro pobre país, una época en la que varios personajes, que obtuvieron “democráticamente” un cargo público, bajo una premisa notarizada y registrada, que era conocida como “plan de gobierno”, hacen y deshacen lo que la aristocracia y la banca les ordena.
¿Es democracia que un mandatario siga ejerciendo con menos del 10% de apoyo popular?
¿Recordamos cómo Lenín Moreno llegó al poder? De la misma manera que llegaron todos los asambleístas que fueron cobijados con la bandera de Alianza PAIS: con el impulso de una foto que se tomaron con Rafael Correa, con la socialización de un plan de gobierno al cual lo desecharon como a la peor basura que ni para reciclaje sirve, y quizá con alguna metida de mano del señor Pozo (eso nunca lo sabremos).
¿Qué pasó? Inmediatamente llegó Moreno al poder y la mitad de los asambleístas se fueron con él, se sumó gente que “democráticamente” no hubiesen tenido esos cargos, pues ni su abuela hubiese votado por ellos. ¿A qué nos llevó todo eso? A un poco más de tres años con cuatro vicepresidentes, con asambleístas destituidos, con un pisoteo general de la Constitución del Ecuador y, obviamente, con el incumplimiento del plan de gobierno.
Las promesas incumplidas
¿Recuerdan que ofrecieron 350.000 viviendas con el programa “Casa para Todos? ¿Recuerdan que ofrecieron crear 250.000 empleos al año? ¿Recuerdan que se suponía que la revolución iba a continuar? Lamentablemente fue todo lo contrario. No se construyó ni una casa y las que entregaron son de las que reclamaban que parecen caja de fósforos. Eliminaron miles de empleos. Generaron una crisis peor que la del feriado bancario ¿Y qué dicen al respecto? Que la culpa es de Correa y que trabajan democráticamente.
¿Democráticamente? Es claro que han prostituido el término, el concepto, la palabra. Es claro que la democracia solo se vive cada cuatro años para escoger a estos seres insensibles que solo visitan tu casa un mes antes de las elecciones para pedirte el voto. Es obvio que la democracia, la Constitución y la Ley fueron usadas como papel higiénico para limpiar la alfombra roja por la que pisan los aristócratas que amenazaban con cerrar sus empresas si ganaba Lenín Moreno la Presidencia.
¿Volveremos a tener democracia?
Ahora se acercan las elecciones. Los miembros del Pleno del Consejo Nacional Electoral anuncian que harán un trabajo honesto para que sean elecciones limpias y transparentes, haciendo que se respete la democracia. Señores, si hacer respetar la democracia significa que seguiremos en un sistema en el que entre cualquier politiquero a seguir engañando a la gente que vota por ellos, prefiero que no haya más democracia.
El pueblo debe tener herramientas para sancionar a esas personas que, pasados los 100 días de su mandato, no han empezado a cumplir con su gestión. La gente merece tener algún elemento que le permita suspender las funciones a esos politiqueros que tienen menos del 10% de apoyo popular. Es por eso que no hay democracia, que el pueblo no decide, no tiene poder, ni voz, en el camino que toma su país.