COVID-19: Quito se quedará sin pruebas en dos semanas

Quito, 11 nov. (La Calle).- El Municipio de Quito está próximo a agotar sus pruebas PCR para la detección del Covid-19. La capital cuenta con alrededor de 3.000 pruebas que, de seguir el ritmo actual de diagnóstico, se agotarán en dos semanas. Así lo indicó el médico e investigador de la Universidad Central (UCE), Marcelo Aguilar.

Aguilar lamentó que, en las próximas dos semanas, el Municipio de Quito quedará desprovisto de pruebas PCR para la detección y el rastreo del virus. “Es penoso que lleguemos al extremo de quedarnos casi insumos (…) Quedarnos sin la capacidad de diagnóstico, nos hace reflexionar”, expresó en entrevista con Ecuador Radio.

Frente a este crítico panorama, el galeno sugiere establecer protocolos emergentes hasta solventar la ausencia temporal de pruebas PCR. En algunos lugares, como la Amazonía, no se depende del uso de pruebas PCR gracias al protocolo de “caso sospechoso”. A criterio del especialista, esta herramienta debe aplicarse en la capital e implica que “todo caso sospechoso de Covid-19 tiene aislarse y manejarse como si, efectivamente, se tratase de Covid-19”.

El dudoso manejo de la pandemia

A criterio de Aguilar, “no hemos sido exitosos en el manejo de la pandemia, a pesar de la demagogia oficial sobre ciertos aspectos”. Por ejemplo, según datos del especialista, Ecuador es de los países con mayor tasa de mortalidad del mundo, con 38.000 muertes en exceso durante la crisis. “Estamos en el top 10”, reconoció.

Adicionalmente, Ecuador es de los países que menos pruebas han aplicado durante la emergencia sanitaria. De hecho, su capacidad de diagnóstico es de las más bajas de América Latina. A esos elementos, Aguilar suma “una comunicación muy errática por parte de los organismos oficiales” que complica una buena gestión de la crisis de salud.

El rol de la academia

Pese a los errores y deficiencias del Gobierno, el médico considera que la academia ha jugado un papel importante. Las universidades han contribuido en el diagnóstico de la enfermedad, en la orientación para la interpretación de los datos, en el establecimiento de sistemas de vigilancia epidemiológica y, además, han presionado, junto con gremios médicos, para que se tomen medidas de control durante los feriados.

“Ojalá (la academia) dispusiera de los fondos, que deberían ser del Estado, para tener una acción mucho más importante, más enérgica”, concluyó. (JEB).

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