Quito, 15 de sep, (La Calle).-El volante de Deportivo Cuenca Andrés Chicaiza atraviesa por un bajón futbolístico en relación a su mejor momento que lo llevó a la selección nacional y a ser considerado como el mejor 10 del fútbol local y subcampeón con Delfín S.C. en 2018.
Para el imbabureño, su actual rendimiento se debe a que “no he tenido regularidad” en relación a los pocos partidos que jugó en las temporadas siguientes, sobre todo en Liga de Quito, club al que llegó en 2019 y que es dueño de sus derechos deportivos.
Sin embargo, el mediocampista de 29 años, trabaja para “recuperar el nivel que me llevó a la selección”, comentó esta mañana en una entrevista con Radio La Calle en el noticiero La Ventana.
También habló del apoyo de la familia, que ha “sido fundamental y han estado en los momentos más duros y por supuesto en los mejores”, dijo, en especial de su esposa e hijo, con quienes comparte su actual cotidianidad en Cuenca. Ciudad en la que vive sus días buscando levantar el rendimiento de la escuadra “morlaca”, apoyado en su trabajo y en creencias. “La fe es muy difícil de que se me vaya, porque me la inculcaron desde niño”, apuntó el futbolista, que es devoto de la Virgen de Baños.
Trayectoria y la selección
Chicaiza ha jugado en clubes como Mushuc Runa, Imbabura SC, Liga de Quito, Olmedo, Técnico Universitario, Delfín SC, Universidad Católica y actualmente en Deportivo Cuenca. También fue parte de la Tricolor que disputó la parte final de las Eliminatorias al Mundial Rusia 2018.
Del combinado nacional opinó que tiene la esperanza de que clasifiqué a la Copa del Mundo de Catar 2022 y también ser parte del proceso que lleva a cabo el entrenador argentino Gustavo Alfaro.