Quito, 15 nov (La Calle).- En estos momentos, miembros de las Fuerzas Armadas se encuentran ingresando a la Penitenciaria del Litoral, pese a la disposición de la Corte Constitucional, de que la fuerza pública no ingrese a los centros de reclusión.
¿Se repetirá la historia de Carandirú?
Sao Paulo, Brasil, 2 de octubre de 1992. Esa fecha quedó marcada como un día oscuro para la historia penitenciaria de ese país. Se presume que el evento en Carandirú tuvo lugar posterior a un partido de fútbol entre reos, lo que generó un motín en el pabellón 9 de la penitenciaria. El motín no pudo ser controlado por los guardias del centro carcelario, por lo pidieron ayuda de la Policía Militar del Estado.
El grupo de la policía militar, al mando del Coronel Ubiratan Guimarães, ingresó a las instalaciones de la penitenciaria y disparó contra los reos para controlar el motín.
El hecho violento dejó un saldo de 111 víctimas, de las cuales 102 fallecieron a causa de los disparos de la Policía Militar y 9 debido a los apuñalamientos infligidos por los reos antes de que llegue la policía.
Según declaraciones de los sobrevivientes, la Policía habría disparado contra presos que ya se habían rendido, incluso atacaron a reos que intentaban esconderse en sus celdas. Es por ello que se considera que el número de muertos era superior al que se declaró oficialmente.
Años más tarde, la fiscalía brasileña enjuició al Coronel Guimarães pues consideró que la intervención dentro del centro penitenciario fue “desastrosa y mal preparada”.
La prisión Carandirú fue demolida el 9 de diciembre de 2002, tras grabarse en su interior la película basada en el libro «Estación Carandirú».