Quito, 23 dic (La Calle). – Una niña de seis años en Reino Unido se llevó una sorpresa al encontrar un mensaje en una de las tarjetas de la tienda británica Tesco.
«Somos prisioneros extranjeros en la prisión de Shanghái Qingpu, China. Somos obligados a trabajar en contra de nuestra voluntad. Por favor, ayúdenos y avisen a una organización de derechos humanos», se leía en la tarjeta navideña que la pequeña pretendía llenar.
El mensaje llevó a la compañía a suspender la producción de las tarjetas en la fábrica en China. Una portavoz de Tesco explicó: «inmediatamente detuvimos la producción en la fábrica donde se hacen estas tarjetas e iniciamos una investigación».
Destino del mensaje
La nota decía que la tarjeta llegue a manos de Peter Humphrey, periodista prisionero en ese mismo lugar de Shanghai .
«Pasé dos años en cautiverio en Shanghai entre 2013 y 2015 y mis últimos nueve meses fueron en esta misma prisión, en este mismo bloque de celdas de donde proviene este mensaje», dijo Humphrey a la BBC.
Empresas como Tesco obtienen sus tarjetas navideñas a través de empresas en China. Sin embargo, las denuncias por explotación laboral de personas en prisión no son nuevas.
En 2014, en Irlanda del Norte, se encontró un mensaje en un pantalón de marca Primark «Nuestro trabajo dentro de la prisión es producir ropa de moda bajo explotación. Trabajamos 15 horas al día y con comida que ni siquiera se les daría a perros o cerdos», decía la misiva.
La ONU en materia de derechos en las prisiones dice que las personas «no deberían estar subordinados a obtener ganancias ni para las autoridades penitenciarias ni para un contratista privado».