Quito, 31 de dic, (La Calle).-Han sido pocas las películas de este 2021 que me han provocado escribir sobre ellas antes de que termine la proyección. La última es “La Mujer en la Ventana” de Joe Wright, (Netflix-2021).
La genialidad laberíntica de Alfred Hitchcock, la importancia del ambiente doméstico como espacio propicio para el suspenso y el azul de los ojos de Amy Adams me tenían redactando estas galeradas en plena presentación.
En estos éxitos de plataforma, el impacto comercial parece ser la meta, sin embargo, para eso, se debe ofrecer a la audiencia una hora y media de entretenimiento bien logrado. Es el caso de “La Mujer en la Ventana”.
Adams aparece cruda y noctámbula, como el gato que la acompaña durante toda la película. Ella está afectada por alguna herida en su pasado. La protagonista (Anna Fox) arrastra una culpa en su conciencia que la deja en casa afectada con una depresión alcohólica, agravada con agorafobia. Vive entre copas de vino, antidepresivos y películas clásicas. Tras dos años de encierro en pandemia, la realidad planteada en el filme parece la de todos. El tema de la salud mental de la protagonista es parte del eje central durante toda la trama. La única diversión de Anna es la vida de sus vecinos.
Hitchook y la Ventana Indiscreta.
Anna Fox vendría a ser James Stewart en el filme clásico de Hitchcock, aunque la obra precursora de la película se la obra de A. J. Finn, cuyo nombre real es Dan Mallory, veterano editor de películas de misterio.
Quizás para 2022, las plataformas de streaming resuelvan un problema fundamental. En el gran supermercado de oportunidades todas las películas se ven interesantes, pero no demasiado; al momento de dar clic aparece la pregunta: ¿pero ¿qué habrá más adelante?, de tanto esperar no se escoge nada.
Al final se termina encargando la noche de fin de año al universo Marvel o a Liam Neeson con un arma en un avión. En mi caso le encargué la última noche del año a Venom 1 de Rubem Fleischer (2018), otra película filmada en San Francisco, como casi todas del maistream.
No fue la mejor elección, lo reconozco, pero qué más da.
¡Feliz año mis simbiontes!