Quito, 26 (La Calle).- El co-director del Observatorio de Prisiones 593, Jorge Núñez aseguró que el caos que vienen los reclusos en los centros penitenciarios se trasladarán a las calles, debido a la forma en la que Gobierno maneja la situación actual del país.
“Tenemos una masacre en las cárceles con imágenes realmente fuertes y al día siguiente vemos toda una ola de violencia en las calles”, dijo.
Núñez indicó, en entrevista con Radio La Calle, que la crisis carcelaria que se desató en los últimos días es el resultado de la pésima administración del Estado ecuatoriano en los reclusorios y las decisiones erróneas de los gobiernos de Moreno y Lasso.
Recalcó que la realidad de los centros y los amotinamientos se deben al desmantelamiento de algunas instituciones, entre ellas: Ministerio de Justicia o de Coordinación de Justicia, en su lugar designar a una sola entidad para el control.
«El régimen intenta negociar con distintos grupos e intenta mantener los niveles de conflictividad baja, pero persigue a otros y no obtiene resultados», expresó.
Núñez apuntó que el presidente Guillermo Lasso insiste en defender una política o «estrategia» que falló desde 2017. En aquel momento, el jefe de Estado apoyó a la Comisión de Pacificación que desde entonces algunos de sus miembros trataron de negociar con las bandas y retomar la «paz caliente».
«La paz caliente»
El co-director explicó que este «acuerdo» se rompió en 2019 con los primeros motines y, ahora, el Gobierno intenta negociar con distintos grupos delictivos para retomar esa «paz». «La información que proporciona la Policía Nacional se puede ver una clara fragmentación de todo el sistema y de los grupos delictivos», aseveró.
«Este es un conflicto político y las autoridades lo que hacen es echar la culpa a otros. Es el mismo monólogo y es evidente una fuerte intromisión de las bandas criminales en las fuerzas de seguridad», detalló.
¿Hay alternativas?
Núñez indicó que una alternativa sería «rescatar» a todos los presos secuestrados por otros reclusos. Es decir, hay personas que están sometidas, no tienen una sentencia fija y no cometieron delitos graves.
De la misma manera, apuntó que la reforma al sistema penitenciario debería ir de la mano de la mano de una reforma policial y del ejército.
Además, resaltó que la Policía Nacional no debería estar encargado de la rehabilitación social de los presos, sino de la retención y persecución a los antisociales.
