Quito, 28 abr (La Calle). – Para el sociólogo y docente Franklin Ramírez, existe un distanciamiento entre el vicepresidente y el resto del gabinete. Sin embargo, la división no está direccionada al primer y segundo mandatario sino un poco más allá.
“Sonnenholzner está pensando en el 2021. Busca alejarse de Moreno y el gobierno y aparecer como un llanero solitario en medio del desierto”, indicó en conversación con Radio la Calle.
Para el sociólogo existe “un divorcio entre
el ala politica quiteña representada por Romo, Roldán, Martínez y la cercanía de sectores de la Unidad Popular y círculos cercanos a Hurtado y Mahuad y el ala guayaquileña con Otto Sonnenholzner”.
“A Otto como a los otros les conviene estar en el gobierno. Aunque Sonnenholzner tiene las de perder como segunda figura al mando”, expresa.
¿Cómo se sostiene Moreno?
El gobierno se sostiene actualmente con el apoyo de Estados Unidos, la banca y el Fondo Monetario Internacional (FMI) del que siguen esperando un desembolso.
“Moreno y Martínez se aferran al préstamo que esperan del FMI porque son sus aliados”, indicó.
Además el gobierno de Moreno sostiene una relación con los organismos de control. “El uso de la fuerza policial militar con el abuso del manejo de la justicia”.
Eso es lo que se vio en las protestas del mes de octubre. “Un despliegue de fuerzas que está ligado a una articulación política junto a las Fuerzas Armadas”,señaló Ramírez.
“Es un gobierno que no escucha que reprime y sólo una parte de los sectores empresariales sostiene”.
Sin derrocamiento
A diferencia de los tres gobiernos que fueron derrocados anteriormente, a juicio del sociólogo, el de Moreno no reúne las condiciones que puedan precipitar una caída.
“Para pensar en un derrocamiento debe suceder el retiro del apoyo de la embajada que no existe. Una coalición de la oposición que se a ponga al gobierno que tampoco existe. Además la ciudadanía ahora está imposibilitada de salir”, dijo.
El experto aconseja que la ciudadanía debe estar pendiente de las Leyes que están en la Asamblea y no de las peleas en el gabinete sostenidas por los medios de comunicación.
“Me parece que ahora hay que ubicar la discusión en los problemas de las grandes mayorías”, sostuvo.