Quito, 28 ago (La Calle). – Quedan pocos días para llegar a la ansiada (para muchos padres) rutina y con ella, inevitablemente, recuperar los horarios. Uno de los más importantes es el de las horas de sueño de los niños en edad escolar, que durante las vacaciones han estado acostándose más tarde de lo habitual.
“Tanto mayores como pequeños debemos tener en cuenta los tiempos necesarios de descanso y la calidad de sueño para el beneficio de nuestro organismo”, explica Carmen Romero, psicóloga infantil y experta en sueño en los niños.
En ellos, que están en pleno desarrollo y crecimiento, “es de suma importancia tener en cuenta los hábitos de higiene del sueño para facilitar su descanso. Y los horarios, las rutinas, la higiene personal, la alimentación, el ambiente, todos ellos, influyen de forma significativa”, sostiene la experta.
El cerebro de cualquier individuo necesita descansar para poder rendir, según informa Romero. “En el caso de los niños que están en pleno crecimiento, dormir es una prioridad. Los menores reciben un bombardeo de estímulos, conocimientos y están en continuo movimiento, por lo que necesitan tener mucha energía por su buen desarrollo y para conseguir la armonía familiar”.
Para ello, “es importante cumplir unas horas de sueño y unos horarios adecuados”. “Cuando extendemos en exceso las horas sin dormir (las ventanas de sueño), el cerebro segrega cortisol, la hormona de estrés, que es la responsable de mantenernos en vigilia”, explica Romero.
“Esta hormona sobreexcita al niño y dificulta enormemente la conciliación del sueño a pesar del cansancio. Aunque finalmente consiga dormirse después de mucho batallar, su sueño será ligero, con lo que los despertares pueden ser múltiples a lo largo de la noche. El sueño con interrupciones no repara igual que una noche de sueño continuo”.
¿Cómo cambiamos hábitos de sueño en verano?
“Las vacaciones”, sostiene Romero, “suelen ser algo que se espera con ansia durante todo el año y una vez iniciadas se pone en marcha una logística que permite llegar a varias cosas a la vez: los preparativos, las maletas, los niños, las mascotas… todo esto nos trae de cabeza. Sin embargo, enseguida nos damos cuenta de que el verano no es un buen aliado para el descanso”.
La experta añade que para poder hacer todos los planes se debe hacer una buena organización y no olvidar lo importante que es dormir: “Si se quiere tener unas buenas vacaciones, ser felices, disfrutar y conseguir que estas sean reparadoras, es importante priorizar, sobre todo, el descanso de nuestros pequeños. Nuestro bienestar depende, en gran parte, del suyo. Y pensar que ellos son los que se tienen que adaptar a nuestros horarios, suele acabar con tensiones y estrés familiar”.
Cómo y cuándo modificar horarios para estar preparados para la vuelta al cole
Con el final del verano, las familias se enfrentan a un nuevo cambio de horario: volver a la rutina: “Hay que tener en cuenta que necesitamos tiempo para hacer los cambios progresivamente y para ello es recomendable prever con unos días de antelación la vuelta al cole. Lo ideal es ir avanzando el horario de acostarse 20 minutos cada tres días”.
Por ejemplo, si el niño se está yendo a dormir una hora más tarde de lo que lo suele hacer durante el curso, debería empezar a avanzar el horario 10 días antes:
“Es decir, adelantamos 20 minutos, respecto al horario de verano, los días 1, 2 y 3. Pasados estos días, adelantamos 20 minutos más (40 minutos antes respecto al horario de verano) durante los días 4, 5 y 6. Finalmente, los días 7, 8 y 9 adelantamos 20 minutos para conseguir el horario adecuado para empezar el cole. De esta forma, el niño apenas lo notará y el nuevo horario le facilitará en inicio de curso”.
Fuente: diario El País
