Quito, 8 de dic, (La Calle).-Si algo conoce Nicolás García es que después de cada caída hay que levantarse.
El joven patinador azuayo de 17 años ha alcanzado un campeonato mundial, pero jamás sin esa cuota permanente de sacrificio.
García se prepara en el complejo de Totoracocha casi todos los días bajo un régimen muy definido, tal como lo explicó a La Calle Deportes. Tres días a la semana hace patinaje y gimnasio el resto de la semana incorpora a la bicicleta como parte de la rutina.
Un solo día descansa, por lo general, los domingos. Tanta preparación genera sus desgastes, las ruedas de sus patines por ejemplo deben ser cambiadas seis veces al año mínimo, un gasto que sus padres cubren, por esa razón busca ingresar al programa de alto rendimiento nacional, lo que garantizaría el apoyo económico necesario para seguir en la práctica deportiva que lo ha marcado desde que tenía cuatro años.
Pronto ingresará a la universidad para estudiar arquitectura, luego de al fin lograr terminar sus estudios de colegio, periodo en el que combinó estudios con exigentes prácticas.
“Ecuador requiere mejorar sus pistas de patinaje, en Europa, por ejemplo, son de un material sintético que nos garantiza el agarre”, algo muy importante si se toma en cuenta que las velocidades a las que circulan los patinadores llegan, en algunas ocasiones, a los 50 kilómetros por hora.
“El Mundial fue una experiencia increíble, en primer lugar se desarrolló en Ibagué-Colombia, que es una meca del patinaje. Logré vencer a varios rivales europeos que tenían un excelente nivel, en definitiva fue una experiencia muy provechosa”. Nicolás García seguirá en el patinaje, como dijimos al inicio de esta nota, ese deporte me ha enseñado a caer y levantarse, esa disciplina, ese coraje, todavía encarna su vida.
