Quito, 1 ene (La Calle).-El pasado 14 de agosto de 2020, la CIDH declaró al Estado ecuatoriano responsable por la violación de los derechos a la vida en contra de PAOLA GUZMÁN. Su historia le recordó al Estado, lo lejos que está de garantizar la seguridad de nuestros niños, niñas y adolescentes en los centros de estudio públicos y privados del país.
PAOLA DEL ROSARIO GUZMÁN ALBARRACÍN recibió el título de bachiller post morten el 9 de diciembre de 2020 en un acto público al que además del Presidente de la República Lenín Moreno, asistieron su madre, Petita Albarracín y, Denisse, su hermana, entre otros.
Entre el público estuvieron héroes invisibles como el personal de Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer, (Cepam), que durante 18 años ayudaron a que Petita Albarracín.
PAOLA GUZMÁN, inolvidable
En 2002, PAOLA GUZMÁN se quitó la vida después de que fuera violada y embarazada por Bolívar Espín, vicerrector del establecimiento educativo Dr. Miguel Martínez Serrano. Espín le ofreció a Paola mejorar sus notas a cambio de favores sexuales.
Espín la obligó a abortar en el propio centro médico del colegio, donde el doctor Raúl Ortega la “ayudó” a cambio de que tenga relaciones sexuales. La niña, que guardó silencio todo ese tiempo, simplemente ingirió fósforo blanco una mañana de diciembre.
En el transporte escolar le contó a sus compañeras lo que había hecho y ellas la llevaron al bar de la institución para darle agua con sal. No fue atendida a tiempo en el colegio ni enviada a una casa de salud.
Al día siguiente falleció. Solo una amiga de Paola, Vanessa Troncoso llamó a la madre de Paola para que ella la auxiliara. La inspectora Luz Arrellano de Azán, hasta se atrevió a pedirle a Paola que rezara y se arrepintiera de lo que había hecho.
Duele e indigna lo que pasó con esta niña, abusada y sola, dolorosamente sola. Paola murió dos días después de cumplir 16 años. Sus padres recorrieron a la justicia regular.
Acusaron a Espín por “acoso sexual, violación e instigación al suicidio”, una vez recibieron los peritajes oficiales de la Fiscalía, pero el caso no avanzó por razones injustificadas.
El agresor se dio a la fuga, inmediatamente se conocieron otros casos de abuso y hasta profesores del establecimiento declararon en contra del vicerrector.
En su discurso de aceptación del acto oficial de disculpas, Petita Albarracín, denunció a varios medios de comunicación que también revictimizaron a su hija y la calificaron de “seductora”.
Dos meses antes, en el noticiero La Ventana del 24 de agosto de 2020, junto a Santiago Aguilar, entrevistamos a Petita Albarracín.
Fue un momento duro, tanto por las dificultades técnicas que se ocasionaron, pero y más que nada por la necesidad de recuperar de la mejor forma el testimonio de una madre “heroína”.
Casi al final de la entrevista, Petita Albarracín, nos recordó un aspecto que debería ser subrayado: “mi hija fue manipulada para que se calle, por eso no me dijo nada. A ella la amenazaban, la tenían acosada (…), siempre estén atentos a sus hijos, nadie sabe con qué monstruo se van a encontrar”.
Es verdad, los padres no pueden (podemos) descuidar lo que ocurre en el ámbito educativo. En especial, si más de 11.000 denuncias sobre casos parecidos a los de Paola Guzmán se han registrado en el Ecuador.
La fuente de esta información es el propio Presidente de la República, quien sostuvo que en más de un lustro (seis años), se han generado 1833 casos anuales de abuso en contra de adolescentes, niños y niñas a, lo que da un promedio de cinco casos diarios de agresiones sexuales en escuelas y colegios.
¡Cinco casos diarios!
De allí la importancia de recordar este nombre: PAOLA GUZMÁN con mayúsculas para siempre.
Cada 14 de agosto, todo el sector educativo y las familias en general del Ecuador, deben recordar, que ese día a través de decreto presidencial 1205, se deben evaluar y socializar las acciones para enfrentar este problema,
Se escogió ese día, como explicó la secretaria jurídica del Estado, Johanna Pesántez, pues fue la fecha en la que el CIDH emitió la sentencia condenatoria en contra del Estado Ecuatoriano.
Petita Albarracín lo expresó de mejor manera: “en este momento hay otra Petita Albarracín sufriendo por su hija. Más allá del gobierno de turno se tienen que seguir implementando medidas adecuadas para reducir la violencia sexual pues muchos agresores continúan impartiendo clases”.
Según datos de la Fundación Desafío, en Ecuador 8 cada 10 víctimas de violencia sexual son niñas de menos de 14 años.
En 2020, el presupuesto para implementar la ley orgánica integral para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, pasó de cinco millones de dólares a 876 mil dólares.
En Ecuador tampoco existe presupuesto para la lucha del embarazo adolescente.
Por cierto, según el periódico virtual GK, del pasado 27 de enero de 2020, Bolívar Espín trabajaría como taxista en Guayaquil.