Octubre y noviembre han sido muy intensos en el tablero político. Hemos visto libros de Santas Patronas de la Policía, defendiendo lo indefendible y en camino de una destitución, en un juicio político de la intrascendente Asamblea Nacional; derrota dudosa de Donald Trump, presidente del actual Imperio; rebrote de la pandemia, a nivel local y mundial; cantautores del “Tercer Mundo” aliados a neo-burgueses, en pos de Carondelet; periodismo de investigación que devela cosas “sagradas” de personajes sagrados; pero sobre todo vemos un agudo arsenal de los contendientes en la campaña política, hacia las presidenciales de 2021.
Andrés Arauz capitaliza el elevado resentimiento y asqueamiento del peor gobierno en la historia del Ecuador. Lo hace, no tanto por sus méritos; su gran crecimiento en Quito, sobre todo, se debe a los miles de desempleados que las “políticas” de producción, emprendimiento y “sinceramiento” del aparato estatal han provocado. Norte y sur de Quito lo respaldan, por primera vez parece una sola ciudad la capital; jóvenes y mayores, que no ven solución inmediata a la situación actual votarían por él. Arauz capitaliza muy bien la situación, al decir que los trabajos perdidos durante este desmantelamiento del sector público, y el colapso del sector privado, serán recuperados en su administración: jugada maestra.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que existe una alta resistencia a su candidatura, debido, en gran parte, a que los cuadros que rodean al delfín, son los mismos que gobernaron en la década Correísta, incluidos muchos padres y madres de sonoros fracasos. Esa es un ancla que puede costar votos indispensables. A pesar de estos bemoles, en conjunto en el país, es la candidatura más fuerte.
Luego (algunos dicen encima) se encuentra Carlos Pérez Guartambel -hoy Yaku-, quien aupado por los sectores indígenas, de la izquierda radical, y muchos grupos de intelectuales, ONG, e incluso algunos sectores productivos e industriales que lo apoyan, ya que ven en él la esperanza de derrota a la Revolución Ciudadana. Ya Carlos Vera le dio su espaldarazo, ojalá no se lo crea.
Lasso viene detrás…cada vez más lejos. Con un binomio sin peso, ni discurso, lejano al votante, incapaz de remozarlo; campaña mal estructurada, dirigida a control remoto; sin fortaleza, ni pasión; con cuadros sin empatía y carentes de autonomía en el marco político. La última comparecencia junto a Nebot en Guayaquil es desastrosa, liquidan a una candidatura que nació fuerte, porque creyó que podía ser candidato único… destituyendo a Arauz, Pérez y Alvarito. Pensó que con Noboa lo logró, y a última hora, el cansino CNE finalmente dio luz verde a que la lista 11, donde participará el eterno candidato bananero, se inscriba.
En medio de esta lucha agobiante del banquero por ser quien se llevaría la victoria por default del resto, hay otros escenarios, que lo “fortalecerían”. Su “distanciamiento” del Morenismo que ha apoyado, cree que le dará votos, incluso criticó al FMI, y ya se ve que votaría por la destitución de la ministra Romo, a la que él calificó “como la mejor”. A eso le unimos el desesperado show de la semana, desde la obediente Fiscalía. Pasados los de los carnés de discapacidad, el juicio a Glas y Correa, las “detenciones” de los Bucaram; hoy el nuevo es el “arresto” domiciliario a Paúl Granda, expresidente del directorio del IESS y cuñado de María Paula Romo; uno de los íntimos del círculo central de Moreno, junto a su esposa, asesora de la “Primera Dama”
Lasso no despega, ni con la ayuda de todos estos espectáculos, ni con los serviles medios de comunicación “independientes”, Gobierno y un cada vez más reducido grupo de simpatizantes. Y llegó el golpe de gracia: Álvaro Noboa, a última hora, reaparece. Con ello, CREO, cantará cual cisne. Noboa golpea duramente también a un algo opcionado Isidro Romero y a Montúfar. Además descontará votos a Arauz, en su feudo costeño. Las frutas se movieron de manera muy indecorosa.
Los demás candidatos, aupados por bisoñas ideas, con buena voluntad, y sin cuadros que los respalden realmente, más que uno que otro avivato, verán menguar sus candidaturas. El virtual outsider Gerson Almeida, el candidato provida, también caerá en la vorágine de Noboa; sus posibilidades de sacar una votación que le permita tener asambleístas en más cantidad, se diluye, sino enrumba mejor su campaña.
El cantautor cultural, Juan Fernando Velasco participa, por la bolsa multiproductos que otorgaban en Chispazos. Romo y Roldán por fin creen que con el tarjetitas, sacaran una votación que les permita gritar a los cuatro vientos, que alguna vez ganaron algo en las urnas, y no en la kermesse, la intriga y el compadrazgo. A los dos les suenan estertores “un grupo anticorrupción” parece ser que ha aparecido en Carondelet, para destapar que fueron los Ruptura quienes han hecho “mal las cosas” y que Moreno, su esposa, su familia y sus cercanos, no sabían nada de nada, y con ello librarse de culpas. Cabeza de chivo, o de turco.
El escenario es el que es. Noboa sería quien patea el tablero político, pero ya no con la fuerza de cuando sonó por primera vez. Hoy por hoy las candidaturas de Arauz y Pérez se han consolidado, sufrirán sus exabruptos los candidatos de la “Derecha” Romero, Montúfar, que sobre todo perderán legisladores y Lasso que con ello ve desintegrarse, de nuevo, sus posibilidades de suceder en la Presidencia, a su amigo Lenín Boltaire Moreno Garcés.