Quito, 16 jun. (La Calle). -Al interior de una carpa ubicada en el parqueadero del Hospital Militar, un grupo enfermeras se apresta a tomarme la temperatura. “36.7” aparece en la pantalla. Luego de solicitar información sobre la emergencia para pacientes COVID-19, la enfermera vuelve a tomarme la temperatura.
“Siga a la izquierda hasta dar con una cinta de seguridad”, asegura un sargento, que ha presenciado la escena desde el principio. Poco más allá, a unos 20 o 30 metros, se encuentra la Emergencia Uno de este hospital que recepta pacientes con coronavirus en Quito. Tras superar la cinta de seguridad agitada por el viento, aparece un enfermero cubierto de pies a cabeza con un traje de seguridad. Simula tomarme nuevamente la temperatura, mientras unas ocho personas aguardan en las sillas ubicadas en el exterior de la Emergencia. Todas en silencio. Todas concentradas en el celular.
“Señor, si usted quiere atención en este momento estamos saturados”, lo escucho decir en un volumen bajo por dos cubrebocas. Poco después llega la doctora encargada de emergencia, solo ratifica que al momento el hospital ha rebasado su capacidad en esa sala de emergencias (25 personas) y que, inclusive, están utilizando otros pabellones para atender a pacientes COVID.
Sugiere que si deseo ingresar a algún paciente COVID intente en el Hospital Carlos Andrade Marín o en el del Sur, sobre todo si se trata de un paciente IESS, “actualmente con los pacientes ISSFA estamos saturados”, advierte.
En admisiones, la situación es muy parecida. Las ventanillas se encuentran muy cerca de la sala de Emergencia Dos, donde más de 20 pacientes son atendidos, por dolencias que no tienen que ver con “problemas pulmonares”.
“Han llegado muchos militares solicitando atención por el tema COVID, realmente ahora no es posible recibir a un paciente más”, comenta el encargado de admisiones con una preocupación que se escapa de sus manos.