Por: Segundo Morocho
Me intriga saber por qué Yaku Pérez actúa con tanta vehemencia contra los denominados gobiernos progresistas. Su pasión es tal que, no puede ocultarlo y en cualquier ocasión repite que la culpa es de Correa. Se entiende que lo odien muchos que pertenecen al 1% más rico del Ecuador, quizás por la política fiscal para exigir mayor responsabilidad con la ciudadanía fiscal. Pero Yaku no es millonario, y, a pesar de eso actúa y usa criterios de la ultraderecha para denostar a Correa y todos los que le apoyan. A tal punto que avaló el golpe de Estado en Bolivia y dijo que Evo solo es indígena genéticamente, además de dictador; estuvo de acuerdo con las políticas de Macri para perseguir a Christina; incluso, aplaudió la persecución contra Lula y su encarcelamiento injustamente.
¿Cómo un personaje que pertenece a los movimientos indígenas y su partido político Pachakutik llamado de izquierda pueda alinearse sin problemas con la ultraderecha ecuatoriana y regional? ¿Será la lucha por el agua el último fin? Para contestar estas interrogantes es importante revisar el pasado de las ONGs en Ecuador. Quizás hurgando en ese laberinto de instituciones altruistas podamos entenderle a Yaku, su ímpetu por la lucha contra todos los gobiernos progresistas, curiosamente, que Estados Unidos y la ultraderecha conservadora de la región intentan combatir desde hace dos décadas.
Desde 1900 a 1979 se crearon 88 ONGs en Ecuador. El boom de las ONGs empieza desde 1980. Justo cuando los gobiernos aplicaron las políticas neoliberales en Sur América. Ecuador no fue la excepción. Al profundizarse la crisis económica, el entonces presidente Oswaldo Hurtado no dudó en aplicar la receta ancestral del FMI: reducción del gasto público, que no es otra cosa que desmantelar el Estado: privatizar las empresas públicas, flexibilización laborar (quitar los derechos a los trabajadores) … Hay que mencionar, además, la sucretización de la deuda privada (banqueros e industriales), obtenida con la banca internacional, que, al final, el Estado ecuatoriano asumió la deuda. En ese escenario, en vez de apostar por un Estado protector, los gobiernos potenciaron el Estado mínimo, a tal punto, que perdió la capacidad para gestionar y ejecutar políticas para superar la pobreza.
Como alternativa dejaron en manos de las ONGs que se encarguen del desarrollo social en: educación, salud, cultura, producción, comercio, sindicalismo, periodismo, etc.; inclusive, éstas incidieron de manera directa en la creación de la política pública. En consecuencia, la proliferación de las ONGs en Ecuador tiene una relación directa con el abandono del Estado a la sociedad. Tanto es así, que, de 1980 a 1989 se crean 199 ONGs; de 1990 a 1995 se crean 269 ONGs. En tan solo 15 años se crearon cerca de 500 fundaciones (Arcos y Palomeque,1997, pp. 24-27). De ahí que resulta importante dilucidar el rol de las ONGs en las organizaciones sociales, en especial, Pachakutik y su nexo con la NED.
Dos ONGs destacan por su intromisión en las políticas internas en Latinoamérica. La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (por sus siglas en inglés USAID) y La Fundación Nacional para la Democracia (por sus siglas en inglés NED). Ambas tienen relación directa con la Agencia Central para la Inteligencia (por sus siglas en inglés CIA) (El Telégrafo, 2016). En este sentido, es importante rastrear a estas organizaciones en el contexto ecuatoriano, en especial con Pachakutik.
Fausto Rangles, exdirigente de Pachakutik afirmó que la Fundación Pacha Mama recibe financiamiento de la NED. Se sabe bien que, la USAID y la NED, hoy en día son cuestionadas por los gobiernos progresistas por entrometerse en asuntos internos para desestabilizarlos si no se alinean a las políticas internacionales de USA (Pichincha Comunicaciones, 2021). En efecto, según el Instituto Nacional Demócrata (por sus siglas en inglés NID), que tiene nexo directo con el NED, en su Informe de Evaluación Final “Latino América y el Caribe: Red de Partidos Políticos”, en el 2006 capacitó a varias organizaciones políticas de Ecuador, Venezuela, Colombia, México y Perú.
Pachakutik fue uno de esas organizaciones políticas beneficiarias (National Democratic Institute, 2005, p. 3). Entre el 2002 y el 2012 USAID y la NED financiaron con cientos de millones de dólares a grupos de oposición de los gobiernos progresistas en Sur América (Telesur, 2016). No es de extrañar que la CIA a través de estas organizaciones intervengan. En Chile, la CIA apoyo durante tres años con más de 1.400 millones de USD a los grupos de oposición para desestabilizar y derrocar a Salvador Allende. No pudiendo, no dudo apoyar el golpe de Estado que terminó con la muerte de Allende (Formación Clap, 2018).
En este contexto hay que evaluar al candidato Yaku Pérez. Para el año 2013, el entonces presidente Rafael Correa, mediante Decreto Ejecutivo no. 16 empezó a controlar de manera sistemática a las ONGs en Ecuador. En ese entonces, Carlos Pérez (aún no se cambiaba de nombre) profundiza la lucha contra el mandatario Correa, cuando era presidente de la ECUARUNARI.
Pérez se lamenta de que se prohíba que las ONGs se inmiscuyan en asuntos de política pública. Justamente, la Fundación Pacha Mama fue la primera en ser sancionada (Pérez, 2017). Sin embargo, a Pérez se olvida decir que el 28 de noviembre de 2013, cuando se llevó a cabo la XI Ronda Petrolera Suroeste en Quito, un grupo perteneciente a la Fundación Pachamama y de la organización la Hormiga ocasionaron desmanes y atacaron física y verbalmente al embajador de Chile y a un directivo de una empresa de Bielorusia (El Telégrafo, 2013).
¿De dónde capta recursos la Fundación Pachamama? En una entrevista, María Belén Páez, presidenta de esta ONGs admitió que reciben financiamiento de Estados Unidos y Holanda (ibid. 2013). Lo cual, corrobora la declaración del exdirigente de Pachakutic, Fausto Rangles, quien dijo que recibían financiamiento de la NED, institución procedente de los Estados Unidos. De igual manera, Pachakutik ya mantenía relaciones con la NED. Por lo tanto, cabe señalar aquí que, se produce un fenómeno que se da en la región: algunas ONGs se encargan de introducirse en el corazón de las organizaciones sociales, incluso antes de que se organicen.
Para García (2012), la intromisión de las ONGs en los territorios (refiriéndose a aquellas que operaban en Bolivia) no es más que otra forma de dominación suave. Muchas de estas organizaciones proceden, también, de Europa y Estados Unidos, como la USAID. Éstas crearon, enfatiza, una relación clientelar con la dirigencia indígena boliviana (pp. 26-30), que en su mayoría son los beneficiados directos, siendo los que se encargan de transmitir ciertas formas de organización económica, social, política y cultural a las comunidades.
Tal como la dirigencia de Pachakutik capacitada por la NED a nivel político, y que luego, se supone que transmitió en cascada al resto de sus comunidades. Es decir, la cúpula de las organizaciones sociales (indígenas y no indígenas) se acomodó a una burocracia creada por las ONGs, que, en los años 80 y 90 del siglo pasado, actuaban abiertamente en consonancia con los gobiernos de turno en Ecuador, es más, éstos motivaban a la sociedad civil a crear Fundaciones par atender las necesidades sociales.
En consecuencia, se empezaba a establecer una ruptura entre la dirigencia y las bases de la comunidad, tal como se puede apreciar hoy en día que, muchos de las bases no están de acuerdo con el accionar de Yaku. Por lo tanto, se puede afirmar que, el malestar se produjo cuando los gobiernos progresistas de la región toman las riendas de un estado protector. Lidera la creación y ejecución de la política pública conforme a un plan de gobierno para atender las necesidades sociales. ¿Acaso esto fue los que le molesto a Yaku Pérez y Pachakutik? ¿Es la una de las razones por la que Yaku no tienen problemas en alinearse con el discurso de la ultraderecha de la región?
¿A quién representa Yaku Pérez? En la cuenta de Twitter de Ruta Krítica (2021), se pasa un video en el que el periodista Carlos Vera afirma que, la Embajador de Estados Unidos le llamó (declaración hecha por el mismo Yaku, según el periodista) para decirle que pasaba a la segunda vuelta. – ¿La embajada? – Incluso el líder indígena Leónidas Iza declaró que cerca de Yaku hay gente del partido de Guillermo Lasso (CREO).
Definitivamente, este personaje con apariencia mesiánica, no se sabe exactamente que mismo es. Un sujeto lleno de enigmas que dice luchar contra el extractivismo, que sí lo es, pero al mismo tiempo coquetea sin reparos con el gobierno que promueve el ingreso de un TLC, que, justamente, él dice combatir. También se calla ante el bloqueo inhumano que ha destrozado a Venezuela, curiosamente, usando los mismos calificativos de quienes promueven y sostienen esa política: Estados Unidos y las élites económicas y políticas de Sur América. Tanto es así que, siendo Prefecto en el 2019 no tuvo problemas en reunirse con el Embajador de los Estados Unidos, Michael J. Fitzpatrick, quien representaba al gobierno de Trump (Norton, 2021).
El problema no es reunirse o no, sino, callarse ante una política inhumana en cuestiones de Derechos Humanos. ¿Es por esto que Pérez, a pesar del descontento de las bases indígenas, se aclamó como candidato a la presidencia por encima de sus compañeros Iza y Vargas? ¿Acaso el NED creó un personaje a la medida de sus expectativas: ecologista, pachamamista, ¿espiritual y chamánico para posicionarlo como presidente del Ecuador?
Tiene mucha razón el poeta kichwa otavaleño Ariruma Kowii (2017). Está convencido de que se mal utilizó las reivindicaciones de las Nacionalidades y Pueblos por parte de la dirigencia indígena, que, en su mayoría, son profesionales. Ese discurso lleno de lástima permitió ganar adeptos a nivel nacional; y, el apoyo, específicamente de las ONGs a nivel internacional. Los mismos que crearon una burocracia en la alta dirigencia, los mismos que se nutren del discurso indigenista, pero que en la práctica han perdido contacto con sus bases para la toma decisiones. Hasta 1998, Pachakutik decidía en grandes asambleas con sus bases: CONAIE y las demás organizaciones a nivel nacional. Después del Congreso de Pachakutik en septiembre de 1998, las decisiones pasan a la directiva de este partido político (Borja, 2011, p. 170). En efecto, la lectura de Ariruma tiene relación con los criterios de la investigación de Borja. La cúpula de la dirigencia de Pachakutik hace tiempo que perdió su esencia con el que nació, de ser “…un proceso político con raíz social [involucionó a] la concepción socialdemócrata de partido, sobre la concepción de poder popular.” (ibid. p. 170). Ya en agosto de 2020 se pudo constatar esa división. Se proclamo al mismo tiempo dos candidaturas para que participe en las elecciones presidenciales de febrero de 2021. Leónidas Iza y Yaku Pérez. La cúpula de Pachakutik anunció la candidatura de Pérez sin que se dé las elecciones primarias, irrespetando el Código de la Democracia. Al final, el primero desistió de su candidatura. Sin embargo, Iza declaro que “ninguno de los procesos de Pachakutik ha sido democrático.” (Montenegro, 2020). En efecto, dejó que participe Yaku. Finalmente, Iza advirtió que la dirigencia de Pachakutik, con sus acciones antidemocráticas, asienta un precedente cuyos resultados a largo plazo podría alejar a la CONAIE del partido.
En esta corta investigación, se deja algunos tópicos para ahondar el debate. ¿Por qué Yaku Pérez entra en un frenesí casi sin control, a tal punto de forzar una reunión con el candidato Guillermo Lasso? Exigió al CNE un reconteo de votos del 100% de las urnas a nivel nacional. Incluso, llegó a decir que valdría la pena hacer otra elección.
Cree que le están haciendo un fraude. Cuando en el Código de la Democracia está establecido las normativas para proceder en estos casos. Pero, al parecer, las normas no le importan, cree que el país estará de acuerdo con su capricho. Un reconteo de votos significa un gasto que no está previsto. Parece que para su pretensión de llegar al poder si hay dinero, cuando 4 años se pasó diciendo que estamos en crisis por culpa de Correa. Incluso, el presidente Lenin Moreno anunció que dispondrá de los recursos necesarios para la “transparencia” de las elecciones. Pero no hay dinero para traer vacunas para inmunizar a la gente del CVID-19; o, las vacunas pentavalentes para los niños.