Una sombra es lo contrario a la luz, todos los sabemos. Es la zona obscura, la negación sobre las cosas que “existen”, sin embargo es necesaria, como contraste. Pero una sombra es también un ser huidizo, aquel que cree que nadie se da cuenta que existe. Es un algo que genera acciones en contra de la normalidad y que siente que debe hacerlo; porque su “invisibilidad” le permite moverse en todos los ámbitos donde nadie más puede o se atreve a actuar.
En el Ecuador nos hemos acostumbrado a vivir con estas sombras; desde el Congreso Nacional, hoy llamada Asamblea Nacional, era el conocido como el “Hombre del Maletín”; en los diferentes Gobiernos su presencia ha sido, y es, impajaritable. Es el dínamo que con sus “negociaciones” rompe la desidia o la inmovilidad de alguna situación que al poder le interesa que fluya, obvio, hacia sus intereses.
De los más recordados: “Patacón Pisao” César Verduga, Min. de Gobierno de Fabián Alarcón, par de “cinturitas” que tras bastidores lograron mucho de lo que se propusieron; escapó, al estilo Hollywood, con un maletín lleno de dólares, delante de los policías, rumbo a México.
El más actual: Abdalá Bucaram, quien incluso llegó a vincular a sus hijos en sus modos de vida, cada quien hace lo que cree con la educación de su prole. El Gobierno de Lenín Moreno brilla por personajes de este estilo: los Cuesta, los Larrea, los Ruptura, Mangas; entre los principales han sido un ejemplo de cómo hacer mucho, sin figurar.
A estos personajes, estilo fantasma, debemos unir un personaje camaleónico, que se considera “el Non Plus Ultra” de la política nacional; un ser tan elevado que su arrogancia le impide ver al cielo, él lo vería desde arriba: Luis Verdesoto es este prohombre.
Verdesoto, el fantasma del maletín
Su nombre es poco conocido, pero su importancia es inmensa en el sitio de más poder en el Estado ecuatoriano: El Consejo Nacional Electoral es su Feudo y, como tal, maquina y ordena con absoluta impunidad y desfachatez.
Las personas de a pie relacionamos lo que está sucediendo en el Consejo Electoral, con su presidenta, Diana Atamaint, o su vicepresidente Enrique Pita; pues ellos no han demostrado en sus actuaciones anteriores la maquiavélica forma de actuar que Verdesoto sí ha demostrado.
Exmilitante de muchas Organizaciones Políticas y sociales, entre ellas Alianza PAIS, encontró su lugar en el Mundo en la remozada Izquierda Democrática, a lado de los dueños de la histórica lista 12; los Morales-Andrade, quienes junto a él convirtieron en una empresa familiar al recordado partido político de Raúl Baca Carbo, Patricio Romero y Rodrigo Borja; tan familiar que incluso pagó penas, mi general Paco Moncayo, quien no contó con mayor apoyo de Wilma Andrade, en sus candidaturas a la Presidencia y la Alcaldía de Quito. A la actual asambleísta solo le interesaba llegar a la Función Legislativa. Verdesoto, el “Estratega de Campaña” hábilmente, no cargó en su arrogancia con la pésima campaña a la alcaldía de Quito de Moncayo. Su táctica de dejar pasar, cobró factura.
Finalmente, su lealtad a doña Wilma abrochó su consejería en el CNE, por parte del zombificado partido naranja. Una vez ahí, su despliegue de maledicencia es digno del repertorio de “Munra, el Inmortal”. Ha conspirado y actuado en el desmonte concienzudo del correísmo, sin respetar su rol de autoridad electoral, convertido de facto en actor político. Incluso fue evidenciado en su accionar por el prefecto del Azuay, y pre candidato presidencial por Juntos Podemos, Paúl Carrasco, quién denunció las maquinaciones del consejero, para destruir a Fuerza Compromiso Social, el partido que acogió al ala correísta de Alianza PAIS.
La Sombra Electoral
Esta “Sombra Electoral” siente que está más allá del bien y del mal, pertenece a esa casta de estudiosos de las Ciencias Sociales, que se creen impolutos y que, en pos de un “Bien superior”, cualquier barbaridad debería ser permitida. Su misión en la vida (eso lo une a personajes como Carlos Vera, Diana Salazar y el Contralor Celi) es la de, sin empacho alguno, “liberarnos” como pueblo inculto e infecto del «peor populista de la historia nacional»: Rafael Correa.
Señor Verdesoto, su hora ya pasó; ya lo intentó. Las multitudes que cada día más irán llegando al Consejo Nacional Electoral, han decidido devolver la Democracia a su lugar más emblemático: La Calle. Recuerde, además, que está atacando al Movimiento Indígena, porque para decir que no es solo al Correísmo que se ataca, está pensando en descalificar a Yaku Pérez de PK.
El problema es que Lasso no despega, su alianza con el PSC tambalea, y acecha su candidatura la maquinaria territorial de Avanza, con Isidro Romero. Así que piénseselo bien, como de seguro ya Diana Atamaint lo está haciendo.