Por: María Isabel Burbano / @rizossalvajes
¿Les sucede que hay libros que no vieron venir, pero que terminan en su regazo? Eso me pasó con Las tres versiones de Eduardo Varas. La novela se llevó el Premio Miguel Donoso Pareja en 2021 y ahora que la tengo en mis manos entiendo el porqué.
Permítanme contarles acerca de esta historia. Varas toma como inspiración (si podemos llamarlo así) a Juan Fernando Hermosa, al que la prensa y los ecuatorianos llamaron «el niño del terror» y que dejó una estela de sangre en Quito. Asesinó a taxistas y a homosexuales, terminó en el Centro de menores Virgilio Guerrero del que escapó y al que retornó en una segunda ocasión para 1996 fue asesinado en extrañas circunstancias en Sucumbíos.
En la novela, Juan Fernando Hermosa tiene otro nombre y aunque su historia es parecida, vive otras circunstancias. Lo que me agrada de Eduardo es la capacidad de crear otros mundos, sujetos y situaciones a partir de los real porque eso tiene que ser la literatura. Un espacio donde lo onírico y lo real (si podemos llamarlo así) conversan, se entienden y permiten que aflore la creación.
Las tres versiones nos muestran símbolos mientras vamos caminante: el vacío, infierno, el bien, el mal, la justicia y el misterio pero también nos deja la consigna de que las cosas, a veces, son como son. Que podemos encontrarles una explicación, pero no podemos cambiarlas. La naturaleza humana tiene sus claros oscuros. El mal, el terror tienen sus versiones. Eduardo, con maestría nos cuenta tres.
Si quieren tener una puerta para mirar al «niño del terror» en una nueva propuesta, este libro es un buen camino para ello.