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Una plaga naranja se toma los parques de la ciudad

Quito, 24 de jul, (La Calle).- Es naranja como la ID, como la camiseta de la selección de fútbol de Países Bajos, como una mandarina, sin embargo, y a pesar de su belleza, Thunbergia alata o Susanita, es una plaga.

Susanita, como lo reporta el biólogo Robert Hofstede, ya no solo cubre quebradas y otras zonas periurbanas: está llegando a otros puntos de la ciudad.

“La planta se adapta a cualquier condición y ya ha cubierto las quebradas del Machángara, el parque Chaquiñán y la zona de Intervalles”. Los veranos poco secos de los últimos años habrían contribuido a la difusión de la planta de origen africano, que tuvo uso ornamental.

Actualmente tiene un uso ornamental y preocupa que llegue a zonas protegidas

Radio La Calle contactó a Robert Hofstede, quien explicó que se expande inclusive a los jardines de la ciudad, cosa similar ocurre en Cotopaxi, Imbabura y Azuay.

“Un problema similar se vive en la zona de Antioquia de Colombia o en otras zonas distantes como Australia o Hawai”.

Controlar esta planta

El biólogo dice que el control de la planta es complejo, pues “se tiene que hacer de forma mecánica, en cambio, la erradicación es imposible pues tienen muchas semillas, no obstante, deben ser controladas, es una tarea que deben cumplir los municipios”.

De no hacerlo, advierte el biólogo, la planta podría extenderse en todos los Andes, gran parte de la costa y hasta lugares en el oriente. De hecho, ya está se la puede encontrar en estos lugares también.

“No puedo imaginarme si se establece en las áreas protegidas, empezando con las áreas cercanas a Quito con condiciones de temperatura y humedad media como Pasochoa o Pululahua”.

No sería muy extraño que algunos años, estas zonas protegidas, pronto se pinten de “naranja” en unos 5 o 10 años; ahogando la vegetación nativa y cambiando los nichos para la fauna.

En el parque de El Ejido como comprobó Radio La Calle, Susanita, hace ya varios años, se usa en la jardinería de ese espacio urbano.

Origen

Esta planta es originaria de África. Se cree que a principios del siglo XX fue categorizada como planta ornamental. Según un estudio académico sobre Thunbergia alata en Colombia, la planta, por sus características, es potencialmente invasora. Produce gran cantidad de semillas en todo el año capaces de germinar en luz o en sombra.

Por otro lado, la interacción con hongos y demás microorganismos produce una violenta extracción de nutrientes del suelo.

¿Es un potencial peligro para la flora?

Hofstede advierte que sí. Pese a que esta planta se está apoderando de espacios urbanos, la verdadera amenaza es cuando, en unos años, esta flor ocupe ecosistemas naturales. La invasión de territorios supliría el espacio de plantas endémicas. Animales exóticos que se alimentan de estas plantas correrían peligro. La alteración del ecosistema incurre en un alto grado al punto de provocar un cambio de estaciones climáticas.

El Ministerio del Ambiente y del Agua desde hace varios años no han hecho un seguimiento del control de plagas y particularmente de esta planta tampoco. Susanita es un enemigo silencioso que, de no tomar las medidas correctivas a tiempo, acabaría con el poco equilibrio del ecosistema que queda.