El presidente de EE. UU. impone un arancel del 145% a productos chinos, mientras suspende temporalmente tarifas para otros países. Esta decisión representa un nuevo capítulo en la ya prolongada guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo.
Escalada en la guerra comercial
El 9 de abril de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un aumento significativo en los aranceles a las importaciones chinas, elevándolos al 145%. Esta medida busca presionar a China en medio de tensiones comerciales y políticas. La medida fue presentada como una estrategia para proteger los intereses industriales estadounidenses y frenar lo que Trump calificó como prácticas comerciales desleales por parte de Pekín. Simultáneamente, Trump declaró una pausa de 90 días en la implementación de nuevos aranceles para otros socios comerciales, incluyendo la Unión Europea y América Latina, con el objetivo de fomentar negociaciones bilaterales.
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La decisión de Trump generó reacciones inmediatas en los mercados internacionales. El índice Dow Jones experimentó una caída del 2.5% tras el anuncio, reflejando la preocupación de los inversores por una posible escalada en la guerra comercial. Analistas advierten que estas medidas podrían afectar negativamente el crecimiento económico global y aumentar la inflación. Además, La Casa Blanca indicó que se evaluará el cumplimiento de compromisos comerciales antes de tomar nuevas medidas impositivas.
Respuesta de China
El gobierno chino respondió con firmeza a los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos. El Ministerio de Comercio de China anunció contramedidas que incluyen aranceles adicionales a productos estadounidenses, como soja, maíz y carne de cerdo. Además, se implementarán restricciones a empresas tecnológicas de EE. UU. que operan en el mercado chino.
Además, China advirtió que tomará medidas restrictivas contra empresas tecnológicas estadounidenses que operan en su territorio, lo cual podría afectar a gigantes como Apple, Microsoft o Tesla. «China defenderá sus intereses nacionales y tomará todas las medidas necesarias para proteger su economía», afirmó el portavoz del ministerio. Este intercambio de medidas proteccionistas eleva la tensión en el comercio global, con posibles repercusiones a largo plazo.
Impacto en América Latina
La decisión de Trump también tiene implicaciones para América Latina. Al suspender los aranceles en esta región, se abre una ventana para que países como Ecuador, Colombia o Perú fortalezcan sus exportaciones hacia el mercado estadounidense. Productos agrícolas, textiles y manufacturas tienen potencial para ganar espacio que antes ocupaba China en EE. UU. Sin embargo, la oportunidad está condicionada a la estabilidad de las relaciones diplomáticas y comerciales con Washington.
En el caso de Ecuador, el sector exportador ha manifestado un cauto optimismo. No obstante, analistas económicos alertan sobre la volatilidad de las decisiones en la política exterior estadounidense. «Es crucial que los países latinoamericanos diversifiquen sus mercados y fortalezcan sus economías internas para mitigar los riesgos asociados a las decisiones unilaterales de grandes potencias», afirmó el analista regional Jaime Carrera.