Trump en horas críticas por COVID-19

Quito, 03 oct (La Calle). – Según el medio estadounidense ABC News, el presidente de EE.UU., Donald Trump, experimentó dificultad para respirar y recibió oxígeno suplementario en la Casa Blanca antes de ser trasladado a un centro médico militar en Maryland.

Esta «imagen potencialmente preocupante», señala el medio, parece contradecir las declaraciones optimistas sobre el estado de salud del mandatario publicadas en Twitter por los representantes de la Administración.

Traslado de Trump a un centro médico

El médico de la Casa Blanca, Sean P. Conley, afirmó en rueda de prensa que el presidente estaba “yendo muy bien” y se sentían “extremadamente felices” por su evolución. Acto seguido, una fuente cercana de la Casa Blanca, citada de forma anónima por la mayor parte de medios pero que Associated Press identificó como el jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, dio una versión más negativa. Meadows dijo que la jornada del viernes había resultado “muy preocupante” y que las próximas 48 iban a ser “críticas”. “No estamos aún en un camino claro hacia la recuperación”, rezaba la declaración completa.

El propio mandatario ha publicado un mensaje en su cuenta de Twitter en el que dio las gracias a los empleados del Centro Médico Walter Reed donde está ingresado y elogió su trabajo.

«¡Los médicos, enfermeras y todo el mundo en el gran Centro Médico Walter Reed y otros de instituciones igualmente increíbles que se han unido a ellos son fantásticos! Se ha logrado un tremendo progreso en los últimos 6 meses en la lucha contra esta plaga. ¡Con su ayuda, me siento bien!«, escribió Trump.

Mensaje del presidente Trump

¿Qué le espera a Trump?

No hay una fecha prevista para el alta de Trump ni certezas sobre el progreso de la enfermedad en las próximas jornadas. Los casos graves de coronavirus suelen alcanzar su punto más grave a partir de una semana desde que se manifiestan los síntomas. Estos suelen presentarse a los cinco días del contagio.

Todo lo que se sabe del COVID-19, un nuevo virus que ha matado a al menos un millón de personas en todo el mundo, se ha aprendido en los últimos meses a marchas forzadas y aún no hay una vacuna ni un tratamiento específico. A la complejidad del asunto se suma una Casa Blanca como la de Donald Trump, que ni siquiera en este caso ha podido evitar generar una sensación de confusión y desorden.

Estados Unidos se ha convertido en un epicentro de la pandemia, con más de 200.000 fallecidos. El presidente, que negó su gravedad hasta el último momento y llegó a mofarse de las medidas de prevención, ha pasado a engrosar la lista de los siete millones de infectados del país.

A un mes de las elecciones, los estadounidenses no saben cómo transcurrirá el resto de la campaña electoral, cuál será el papel de Donald Trump, si se podrán celebrar nuevos debates presidenciales o habrá más de esos mítines trumpistas multitudinarios. Ignoran, incluso, si el vencedor se conocerá esa misma noche electoral o habrá que esperar días, por un posible aluvión de votos por correo.

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