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Tras el reencuentro la preocupación se mantiene en los ecuatorianos repatriados

Quito, 5 mar (La Calle).- El primer vuelo humanitario que traía a 248 ecuatorianos de regreso al Ecuador tardo más de 10 días en organizarse y, pese a la tardanza, la organización no fue del todo exitosa. Según información de Cancillería este vuelo debía llegar con 350 personas, sin embargo, esto no fue posible.

Varios usuarios reportaron tener problemas para enlistarse y ser parte del vuelo. Es así como cerca de 90 ecuatorianos no estaban en la lista del primer vuelo, y otros 80 no pudieron abordar porque el “avión no estaba adecuado para transportar mascotas”.

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La noche del viernes se dio a conocer que el vuelo salía de Varsovia con 248 pasajeros. Con este aviso familias de diversas partes del país como: Ambato, Salcedo, Guayaquil y Loja se dieron cita en el aeropuerto para recibir a los jóvenes que regresaban de Ucrania debido a la crisis bélica que se desarrolla en ese país.

A pesar de las pancartas, globos, flores y banderas el ambiente era tenso, pues padres, tíos, hermanos, abuelos, esperaban con ansias la llegada de los jóvenes ecuatorianos que cursaban sus estudios en Ucrania. Cada situación era distinta, cada muchacho había atravesado situaciones para llegar a Ucrania y estudiar la carrera de sus sueños.

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Tal es la situación de Luis Fernando Chagancallo estudiante de ingeniería industrial. Su madre María Rosa Quispe, residente en Ambato, comentó que había hecho un gran esfuerzo para que su hijo consiga un título de cuarto nivel en el país europeo. Ella junto a su hijo habían vendido una casa para poder costear parte de los tramites de viaje y colegiatura del joven. Según su madre, el sueño de Luis Fernando era obtener un título de cuarto nivel, ya que él había cursado una tecnología en un instituto en Latacunga. Ahora el pedido de la señora Rosa es que el Gobierno Nacional tome cartas en el asunto y ayude a los jóvenes a terminar sus carreras.

Por otro lado, está la situación de Danna Caravajal, una muchacha guayaquileña que viajó a Ucrania hace 1 año para cumplir su sueño de convertirse en doctora. Su madre dijo que había conseguido un puntaje alto en el examen para el ingreso a la universidad, pero la venta de cupos, y las “palancas” habían truncado su sueño de estudiar medicina en la Universidad Estatal de Guayaquil. “No crean que porque la enviamos a estudiar al extranjero tenemos plata, con mucho esfuerzo logramos juntar algo de dinero para enviarla a estudiar allá. Nosotros no tenemos para costear una universidad privada, aquí la educación es muy cara” añadió la madre de Danna.

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Los buses llegaban y entre abrazos y lagrimas muchas familias se iban reencontrando, pero el drama y la preocupación se mantendrán en varias familias. Mathew Gonzales, fue uno de los chicos que llegó al abrazo con su madre. Una preocupación menos, ahora estaban juntos, pero pese a la dicha aun hay desconcierto y temor. Mathew comentó que no sabía que iba a pasar después, por el momento estaba tranquilo por encontrarse lejos del conflicto, pero mantenía la preocupación sobre su futuro. Como él y su madre, varias familias esperarán respuestas del gobierno para tener un apoyo y no dejar sus estudios.

Tania Piñan, madre de familia de Cahuasqui en Imbabura, explicó que ha mantenido conversaciones con la Senecyt, donde la institución ha ofrecido su ayuda para que los jóvenes repatriados continúen con sus carreras. Así mismo mencionó que seguirá manteniendo conversaciones con funcionarios de la Senecyt para que se garantice el cumplimiento de este ofrecimiento.