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Tiempo de siembra – Opinión Pedro Pablo Jijón

Pedro Pablo Jijón

Tiempo de siembra.

Recostado en la hamaca, con los pies sobre el piso de caña, solo escucho el crujir de la argolla contra el gancho donde pende; fuerte calor que anuncia invierno, me sorprende la brisa contra la cara y el olor a tierra húmeda. La tierra hambrienta de semilla y sedienta de lluvia, es tiempo de sembrar.

Los hombres de mayor experiencia van delante con espeque y piola, marcando el camino; detrás de ellos mujeres, jóvenes y hasta niñas y niños listos para sembrar la preciosa semilla. Van con fe que esta cosecha “si la pegan” para pagar sus deudas, cubrir sus necesidades y cumplir sus sueños.

Las mujeres rezan a San Jacinto, San Isidro, a la Virgen, y a todos los Santos para que libren a sus esposos de la mordedura de serpiente, del ataque de las plagas al cultivo; que el intermediario no sea tan cruel al pagar la cosecha; de las crecientes fuertes, que se lleven los desmontes; que no falte la lluvia para regar los campos y no se pasme el sembrío.

Invierno, la época de sembrar

En Ecuador, en los meses de lluvia (inverno), normalmente de enero a abril, es aprovechado para la siembra de productos de ciclo corto como arroz, maíz, hortalizas; cucurbitáceas como sandía y melón, entre otros. Ciclos importantes de siembra que aseguran la soberanía alimentaria, materias primas para la industria y activan la economía del país. Ingentes volúmenes de insumos, gran actividad de transportación, demanda de mano de obra, transporte de carga, asesoría técnica, consumo de combustibles… El comercio se activa enormemente.

La realidad vista desde el campo es otra, todo el esfuerzo del trabajo del productor agropecuario es diluido y menospreciado por el sistema; toda la cadena gana, desde las empresas que venden los insumos, los comercializadores de combustibles, los transportistas, los intermediarios, la industria; aplican los dogmas con la teoría de ley de oferta-demanda para pagar precios bajos por las cosechas, en la mayoría de los casos ocasionando perdida al principal eslabón de la cadena productiva ,quen es el productor agropecuario.

¡Recordemos que sin agricultores no hay revolución!

Considero que los gobiernos autónomos descentralizados, como prefecturas provinciales, municipios, juntas parroquiales rurales, deben desarrollar su plan de trabajo con base en la producción agropecuaria de su sector, con soluciones; ya que esto asegura el éxito en la economía de sus habitantes, la recaudación de impuestos, por ende, éxito en el desarrollo en sus proyectos.

Soluciones como importación directa de insumos agropecuarios para distribuir a costos razonables entre los productores, así si se aplicaría de manera adecuada la ley de oferta-demanda en este rubro, y controlaría el monopolio de las transnacionales importadoras. Absorción y comercialización de las cosechas con otros sectores del País, para así controlar la intermediación. Agregación de valor e industrialización de las cosechas, para que el Productor tenga otra opción de venta y sana competencia de la industria.

La producción agropecuaria es base de la economía de los Países, y pilar fundamental de la seguridad alimentaria.

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