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Testimonio: “¿Usted me ve? ¿No soy un desecho, verdad?”

Juan Carlos Cabezas / @liberjuan

Quito, 26 abr (La Calle).- Hasta hace poco dormía en los Portales de la Iglesia de Santo Domingo en el centro de Quito. Desde que Fernando Villacrés llegó al albergue Municipal en el Parque de El Arbolito, no ha vuelto a drogarse, ni a probar alcohol. Casi con un grito de “auxilio” llegó a pedir comida. Hoy, a nuestro lector, le solicita un trabajo.

Me han dicho que soy un desecho pero no lo soy. Míreme, me he bañado con jabón, tengo ropa nueva, uso mascarilla, he comido bien y estoy leyendo.

Hace un mes me contaron que aquí en el Albergue de la Casa de la Cultura regalaban comida y vine. Cuando llegué, un señor salió y me acogió a mí y a otros cinco compañeros. Nos hicieron un examen médico y no tengo nada. Bueno, casi nada, estaba flaco sí, pero la culpa la tienen el alcohol y las drogas.

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Soy Fernando Villacrés. Ese es mi nombre y no “el borracho” o “el marihuanero”, no “el ladrón”: uno nuevo.

Luego de trotar, desayuno, almuerzo y hasta meriendo. Aquí me ayudan con cinco comidas al día, pero también me dan complejo B y duermo en una cama suave.

Me siento bien, como para decirle que si busca un buen ayudante de pintura o albañil piense en mí. Por favor, necesito un trabajo.

Pedía caridad. Por las noches, me acomodaba en el portal de la Iglesia de Santo Domingo y allí me quedaba, hasta que aparecían otros y nos dedicábamos a la droga. Al otro día, ni siquiera salía el sol y ya buscaba mi otra droga: el trago.

“Deme guanchaquita, señora. La mejorcita ¿sí? Hoy tengo plata. Tome 1.50”, le decía a la persona que atendía en la tienda y me alcanzaban la botella. El frío y el temblor de manos se me quitaban.

Ese primer trago es mejor que el pan o el yogur. Eso pensaba.

Luego, buscaba algo de comer, de ahí a caminar o al Parque Cumandá para tomar un baño, cuando dejaban.

Yo vivía en La Loma, mis antiguos vecinos me veían pasar. Se hacían a un lado y decían: ahí va el desecho, el desecho… ¿Usted me ve? ¿No soy un desecho, verdad? Soy Fernando Villacrés. Ese es mi nombre y no “el borracho” o “el marihuanero”, no “el ladrón”: uno nuevo.

Leo la Biblia y libros de superación. Aquí llevo uno. Se titula: “Cómo ser un triunfador”, ¿lo conoce? Hasta parece que hablara de mí.