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Hospital del Sur: más de 160 probables casos de Covid-19 al día

Quito, 17 jun (La Calle). –Francisco Mora, coordinador institucional de vigilancia epidemiológica del Hospital de Sur, solo encuentra frases entrecortadas: “Los pacientes requieren más oxígeno y mayor tiempo de estancia hospitalaria”. “Esto podría hacernos colapsar”. “El número de pacientes ingresados con sospecha de Covid-19 creció de 80 a más de 160 diarios”. “Estamos al 100% de ocupación de camas y con personas esperando atención en emergencia”.

Mora debe regresar a su lugar de trabajo. Su angustia es un relato humano, acelerado y concreto, de lo que ocurre aquí, Un testimonio que se conecta, directamente, con el conjunto de carpas blancas instaladas al lado izquierdo del parqueadero, donde diez asistentes de salud entran y salen a velocidad. Allí se  acogen a los pacientes en observación. Es, además, una zona de triaje, donde son tratados los pacientes con síntomas de influenza, mientras los médicos brindan un diagnóstico.

“Este es un hospital Centinela”, me explican los asistente y que reciben más pacientes Covid-19 que todo el resto de sistema de salud público.

Al panorama se agrega un puñado de personas que esperan a sus familiares ingresados por situaciones diferentes adicionales a la  pandemia. Una ambulancia se marcha despidiendo sus alaridos.

“Por el lado derecho del edificio pueden ayudarle porque esta área está infectada”, me explica uno de los guardias de Emergencia. Camino hacia el lugar y aparecer una fila pequeña. Cerca de seis personas  esperan turno para ingresar al área de ´Información’.  Una nueva toma de temperatura antes de entrar, cuando aparece frente a mí, una cabina de desinfección para el personal de salud, la única en los exteriores del hospital.

La sala de espera está casi vacía. Un par de las 100 sillas existentes en el lugar están ocupadas por dos personas casi estáticas que  miran hacia un punto vacío frente a ellas. El rechinar de los vidrios se inserta de golpe en ese silencio apostado en el lugar.

Después de treinta y cinco minutos de espera, dos personas del área de comunicación del edificio se disponen a hablar conmigo y en una sola frase complementan las palabras del Doctor Mora. “Estamos a tope”, expresan a coro, como si quisieran poner a la par un punto final a las preguntas. Ya en los exteriores compruebo como la lluvia ha oscurecido el color del pavimento.  La ambulancia que minutos atrás salió del lugar, ingresa de vuelta al hospital despavorida.