por Alexis Ponce
Las noticias ayer difundidas en los medios y redes señalan una que ya no asombra a muchos, pero que a algunos, que ojalá seamos muchos más, nos indigna:
«Un país donde sólo la banca gana. Banco de Lasso incrementó ganancias récord y subió este año a $ 109 millones de dólares, por segundo año consecutivo.»
Esto acontece mientras decenas de miles de ecuatorianos abandonan su tierra por las rutas más inseguras y peligrosas de Panamá, Centroamérica y México, o por avión a Europa, con tal de salir -como en 1999- de la extrema pobreza, las deudas, la falta de oportunidades, la desesperanza y hoy de la violencia imparable.
El Banco Guayaquil, propiedad del presidente del Ecuador, además de todo el entramado de relaciones con la mafia narcotraficante albanesa, de la fuga de capitales a paraísos fiscales y del dinero sucio en que aparecen involucrados sus principales, algunos de ellos ya prófugos, no contestó nunca la petición hecha en el peor año de la pandemia, el 2020, para que él y Egas del banco Pichincha y Moreno en el poder como jefe de gobierno entonces, condonen las deudas de las familias ecuatorianas con triple vulnerabilidad: familias con cánceres u otras enfermedades catastróficas, que a la vez tengan discapacidades intelectuales graves y que se hallen en situación de desempleo.
Esa medida y otras muchas de auxilio a los más vulnerables, lo ejecutaron como medidas de Estado otras naciones. En el Ecuador, el afán de los banqueros en el poder político por querer ganar más y más, hizo que no les importara el sufrimiento de los más vulnerables y le llevaron al país a una doble situación extrema, de inseguridad y violencia inusitada por un lado, y el que social y económicamente se volviera una nación insostenible por otro lado.
Hoy inicia el enjuiciamiento político al sr. Lasso, que es una potestad legislativa contemplada en la Constitución como en tantas del mundo. Y ojalá y sea destituido. Pero si no lo fuera, debido a la compra de votos, al cerco virulento que militares y policías retirados se encuentran en este instante haciendo al estilo hordas de Trump o Bolsonaro en las afueras de la Asamblea Legislativa, con el fin de sembrar violencia a propósito, el sr. Lasso deberá asumir su responsabilidad histórica y penal posterior, por las consecuencias de su aferramiento al cargo, sencillamente para que su banco siga recibiendo ganancias que no se compadecen con la suerte de millones de ecuatorianos sin empleo, sin salud ni medicinas, sin seguro social, sin cupo educativo, sin jubilación, sin las tres comidas diarias, sin esperanza.
Este día martes 16 de mayo /2023 es objeto de juicio político un banquero votado para presidente debido la ceguera de educación de gran parte de un pueblo, que no es educado ni consciente, y que no supo ni quiere saber que los banqueros sólo desean llegar al poder para destruir al Estado, ahora dinamitado por dentro, para ganar ellos e imponer la lógica privatizada al país y derrumbar todo servicio público, así como para enriquecerse más y aumentar sus tasas de ganancia.
En ese contexto, hoy recibí la llamada telefónica desde el número 024-578483 del cual una mujer abogada en este día, por trigésima segunda vez desde otro banco del sistema financiero local, el Produbanco, para preguntarme nuevamente que si está para que le pase a mi ex-esposa fallecida Nelly Valbuena (+). Ahí sí aparecen cada semana: hoy sus firmas de abogados, para decirme que la señora «pague pendientes». Toda deuda se licúa a la muerte de la persona es sabido.
Pero la chulquera e implacable banca ecuatoriana, sintiéndose más intocable que nunca porque un banquero está en el poder político, y sintiéndose impune de actuar míseramente contra las familias vulnerables, porque no hay un Estado que defienda al ciudadano, no sólo que amenaza y sigue juicios al que se queje del pésimo servicio, como ha hecho el Banco Pichincha y su propietario Fidel Egas que amenazan y siguen demandas contra todo cliente que en la red social denuncie el mal servicio o que ese banco se apodera de dineros que no les pertenece; sino que actúa como el Produbanco y otros, que intenta que les pague deudas inverosímiles un viudo en el desempleo por años, cuidador a medio tiempo de una niña con discapacidad intelectual de por vida a la cual asiste con el pago de sus terapias a un centro terapéutico de discapacidades gracias a la solidaridad de una hermosa hermandad voluntaria de amigos y familiares padrinos y madrinas simbólicas de aquella niña.
Este día la banca sigue ganando dinero desmesurado que no le pertenece. Y continúa haciéndonos la vida a cuadritos a miles de vulnerables. Este día actúan así, mientras conozco el caso cruel y grave de que está muriendo una niña de 14 años de edad con un cáncer agresivo, a la que por meses no le derivan desde el Seguro Social en manos de esta gente privada a la fundación privada Solca, ambas entidades que se pasan la pelota en tanto esa nena agoniza.
O mientras tantas familias despiden un familiar migrante. O mientras según el último informe social del DMQ, el 17% de familias en Quito tuvimos que despojarnos de un día a la semana de comida, y en mucho casos dos o más días, para que puedan comer nuestros seres amados sus tres comidas diarias.
Ojalá el señor Lasso nunca más vuelva a Carondelet. Ojalá se vaya pronto y su banco sea indagado. Ojalá los más vulnerables y familias cuidadoras de pacientes en riesgo o con discapacidades graves tomen conciencia de que el capital sólo defiende al capital. No a las personas, ni familias, ni comunidades mas vulnerables y en riesgo. Ojalá mi país jamás vuelva a votar banqueros o millonarios porque eso dice mucho de su inconsciencia social.
Ojalá las FFAA y la Policía no disparen al pueblo. Ojalá la Defensoría del Pueblo sirva para algo y nos defienda de la banca más voraz que impera en décadas. Ya nuestros muertos no recuperarán la vida porque murieron debido a la falta de atención a tiempo, de medicinas y exámenes, por la negligencia y desidia institucionalizadas, antes, durante y después de la fase más brutal de la pandemia. Ojalá pronto mejoremos al país y la calidad de vida de los seres que más amamos. Ojalá pronto logremos recuperar la esperanza.
Alexis Ponce
defensor de derechos
fundador y coordinador Asociación Nacional de Pacientes en riesgo y Familias vulnerables cuidadoras
coordinador de la Liga del Cáncer de Se