Quito, 18 feb (La Calle).- Seis de los implicados en el asesinato del presentador de televisión, Efraín Ruales, recibieron sentencia este jueves, aunque aún no se ha establecido quien es el autor intelectual del crimen.
La audiencia se instaló en la Unidad Judicial Alban Borja. El Tribunal de Garantías Penales dictó la sentencia condenatoria contra los procesados en el crimen del presentador.
Los detenidos: Álvaro Bolívar, alias «Alvarito» y Alexis Paúl Casquete, alias «Casquete», considerados autores materiales del crimen recibieron una sentencia de 34 años y 8 ocho meses de prisión y 200.000 dólares de reparación integral a la víctima.
Mientras que alias “Choclo”, autor mediado, fue sentenciado a 17 años y cuatro meses de prisión y 100.000 dólares de reparación integral a la víctima. Karla Jamilet, pareja de alias “Casquete” recibió 17 años y cuatro meses de prisión y 100.000 dólares de reparación integral a la víctima. Alias “Veloz” y “Redrobán” recibieron la misma sentencia.
La Fiscalía señaló que aún se espera fecha para la audiencia de juzgamiento contra el procesado Aarón Andrés A. C., quien estaba prófugo y fue capturado el 4 de febrero de este 2022. A este implicado se le abrió otro proceso.
También existe un proceso abierto contra alias «Ñorqui», quién es menor de edad, y será procesado cómo tal. Sin embargo, antes de conocerse la verdadera edad de Ñorqui este se encontraba detenido en la cárcel 4 de Quito.
Sobre el asesinato a Ruales
Según las versiones recogidas de los detenidos, alias “Choclo”, líder de la organización delictiva “Los Lagartos”, desde el interior de la cárcel se comunicó con alias “Veloz” para ejecutar el atentado contra el presentador. Según la Policía, se habría pagado 20.000 dólares por el asesinato de Efraín Ruales.
Alias “Veloz” es señalado como el encargado de la logística implementada para acabar con la vida de Ruales. Mientras que Juan Carlos Redrobán robó y cambió las placas del vehículo utilizado en el crimen. Karla, novia de Casquete, supuestamente participó en la eliminación de la evidencia, es decir, en la quema del vehículo en el que perpetró el acto homicida.