Quito, 20 abr (La Calle).- Otro caso de violencia dentro del Colegio Mejía se desempolva. La exvicepresidenta del Consejo de Protección de Derechos y directora del grupo de Rescate Escolar, Sybel Martínez, posteó una foto en la que aparecen varios menores de cuarto de básica con cinta adhesiva en su rostro.
Martínez aclaró que la fotografía fue tomada en 2018, cuando una maestra del plantel maltrató a 28 niños. La docente amarraba con la cinta los brazos y piernas de los pequeños para que no se levantaran del asiento.
Además, les obligaba a tomar un biberón con ají para que los estudiantes puedan salir al baño o les ponía pañal.
La directora -junto a los padres de familia de las víctimas- denunciaron el hecho ante las autoridades competentes. Sin embargo, la única sanción que recibió la maestra fue la separación del plantel y su reubicación en el Distrito Educativo 17D04, que queda muy cerca del plantel.
«Esta maestra puso una acción de protección porque quería regresar al plantel y hace pocos meses pedía que se revise esta medida. También supe que la maestra iba al colegio y se paraba en la parte superior para amedrentar a los estudiantes», explicó para Radio La Calle.
La sancionaron por defenderlos
Martínez comentó que una maestra de la Institución denunció el abuso que vivían los niños y las autoridades del plantel decidieron suspenderla. También, apuntó que en una reunión con la exministra de Educación, Monserrat Creamer y su equipo de trabajo alegaron que esto se trataría de un «lío de faldas«.
«En ese momento dijo que se estaban disputando afectos y desafectos de algún directivo del colegio. A ese punto llegó la irresponsabilidad», relató.
Muchas trabas en el camino
El caso escaló a tal punto que uno de los afectados intentó lanzarse del segundo piso de su hogar. Martínez detalló que un solo padre de familia presentó la denuncia en la Fiscalía General del Estado (FGE), pero no pasó de la investigación previa y hasta el momento no ha tenido una respuesta.
La exvicepresidenta enfatizó que la intención de «proteger la institucionalidad» del Mejía hizo que varios docentes presenten certificados de honorabilidad para que la profesora no deje de impartir clases.
El caso de otra estudiante del centro educativo
La noche del 12 de abril, Johanna B., una estudiante del Colegio Mejía se suicidó. La joven tenía 16 años y habría pertenecido a la Banda de Guerra y Bastoneras de la institución.
En videos se observa como integrantes de la banda hicieron una calle de honor cuando el féretro era llevado por sus familiares. Entre toques de trompeta y tambores dieron el último adiós a Johanna. (N.J.C)