Quito, 13 Jul (La Calle). – Cinco minutos y 33 segundos. Este el tiempo de diferencia entre Richard Carapaz y el joven Tadej Pogacar, líder del Tour de Francia 2021. Una abrumadora ventaja que podría disminuirse a un par de minutos tras disputarse las jornadas 17 y 18 de la «Grande Boucle». La alta montaña volverá a definir al campeón de la segunda gran vuelta del año, cuyo favorito es el esloveno de 22 años, quien tiene como rivales, además de ‘Richie’, a Rigoberto Urán, Ben O’Connor y, el corredor no programado, Jonas Vingegaard.
Esos mismo cinco minutos y 33 segundos, ventaja sorprendente, y casi imposible de batir en condiciones normales, representa la última batalla a librar en el inicio de la tercera semana de Le Tour. No obstante, antes de llegar al clímax de la competencia, el carchense, líder del Team Ineos-Grenadiers, debe imponerse a su colega colombiano ‘Rigo’ e intentar disminuir la brecha de 15 segundos que lo guiaría a co liderar el Tour de Francia. Y antes de eso, superar el segundo de ventaja que el australiano Ben O’Connor posee sobre la «locomotora».
Los rivales de cara al gran final
El rendimiento de los tres rivales directos de Pogacar, propiciaron una de las clasificaciones generales más inestables en la historia de la vuelta francesa. Una en la que el líder del Education Nippo, «el toro de Urrao», figura como el mejor latinoamericano a sus 34 años. Junto a él, también destaca un joven danés nacido en 1996, inscrito como octavo corredor en las filas de la neerlandesa Jumbo Visma, quien tras el abandono de su líder, Primoz Roglic -el otro esloveno-, se convirtió en la clara opción para pelear por el podio del Tour.
Junto a ellos, sobresale el rendimiento de Richard Carapaz. Actualmente, uno de los mejores del mundo y con sobra de merecimientos. Bien es sabido, que sus capacidades para ascender en las montañas están a la par de otros grandes del ciclismo como los colombianos «Lucho» Herrera, Nairo Quintana (en el contexto latinoamericano), o incluso Miguel Induráin (en una comparación con los corredores del viejo continente).
Pero Carapaz, también es inteligente y no tiene miedo de jugarse el todo por el todo en momentos críticos: el saber atacar sin fracasar en el intento, es una de sus cualidades. ‘Richie’ suele ser paciente. Prefiere esperar al momento decisivo para dejarlo todo. Una especie de instinto que parecería haberlo desarrollado en sus trayectos desde el Playón de dSan Francisco hasta el Juncal.
Desarrollar este tipo de habilidad es complejo. La misma puede ser esquiva aún para los más experimentados. Basta recordar lo ocurrido con el francés del Cofidis, Guillaume Martin. Ni siquiera «el filósofo» del ciclismo fue capaz de recuperarse tras generar un ataque que lo llevó al segundo lugar de la general un día, y lo dejó sin posibilidades al siguiente. Saber atacar y creer saberlo son cosas distintas y Richard Carapaz lo sabe.
El Tour se define en los Pirineos
Por ello las dos etapas de montaña, a disputarse entre el miércoles 14 y el jueves 15 de julio, determinarán al nuevo campeón del Tour de Francia.
La primera prueba entre las localidades de Muret y Saint Lary prometen un duelo que dejará a sólo dos aspirantes con posibilidades serias para luchar contra Pogacar, en el caso de que el esloveno de muestras de cansancio o fatiga, cosa que ocurrió una sola vez durante la segunda semana en la competencia.
Por ello, los dos puertos de montaña de primera categoría: el Col de Peyresourde y el Col de Val Louren-Azet, serán el epicentro de una batalla que podría trascender. La alianzas entre escuadras para frenar al UAE Emirates de «Pogastar», le otorgarían a la edición 108 de Le Tour, el calificativo de legendario.
Será en ese escenario en el que veamos a la versión más fuerte de Carapaz hasta la presente fecha. Aquel entrenamiento prolongado de tres meses en la sierra de Ecuador, dará sus frutos en ese día. En la jornada en la que el carchense, bien podría asegurar el podio para el día domingo en los Campos Elíseos de París. La conquista del Col du Portet, puerto fuera de categoría (16 kilómetros de ascenso al 8.7 % de desnivel sobre 2.215 m.s.n.m) podría marcar un antes y un después en su carrera.
La aventura por los Pirineos concluirá el jueves con el ascenso a los gigantes Tourmalet y Luz Ardiden. La etapa reina de la competencia. Ambos puertos, fuera de categoría, servirán de escenario para que Pogacar se eriga como el sucesor indiscutible del mítico belga Eddy Merckx, o sucumba víctima del cansancio (algo, aún a la hora de escribirse este artículo, improbable). Factor adicional, pueden ser las caídas, que bien pueden condicionar a cualquiera de los candidatos al título.
Un último duelo entre Carapaz y Pogacar
Por ahora, quienes se perfilan como favoritos para resistir a este punto de la carrera son Carapaz y Pogacar, siempre que la carretera y la suerte esté de su lado. Asimismo, la condición del tiempo jugará un papel especial, tanto como para generar un mayor desgaste o incluso generar opciones a los corredores y estos puedan explotar al máximo su potencial.
Momento cumbre para el ciclismo ecuatoriano
Más allá de los 307 kilómetros entre ambas etapas, las fuerzas, al parecer, inagotables de Pogacar o las estrategias que pueden desplegar las distintas escuadras en carrera para sorprender en la recta final, nadie puede negar que la labor de Richard Carapaz en una de las vueltas más exigentes del mundo ha sido sobresaliente. Si el carchense consigue el podio en la presente edición cumplirá, con sobre de méritos, su misión. E inclusive abrirá las puertas de posibilidades sorprendentes en un futuro cercano.
Y es que la línea de crecimiento de la «locomotora» está lejos de llegar a un techo. Puesto que en su camino al perfeccionamiento en la montaña, en la velocidad y las estrategias en carretera, ha demostrado que siempre puede mejorar. Un suceso por el que Ecuador debió esperar 108 años para poder vivirlo y disfrutarlo al máximo.
