Quito, 05 dic (La Calle).- Miles de franceses salieron este jueves a las calles de su país para rechazar la reforma del sistema de pensiones que impulsa el presidente Emmanuel Macron. En una jornada de huelga masiva, donde los ferrocarriles, escuelas, hospitales y refinerías ponen en jaque al gobierno.
Las primeras marchas comenzaron después del mediodía en varias ciudades, incluyendo París, Marsella, Montpellier, Nantes y Lyon con más de 180.000 participantes, según informa la AFP.
«Pensiones por puntos, trabajo sin fin» decía una pancarta en el cortejo de Montpellier. «No habíamos visto nada semejante desde la movilización contra la reforma de las pensiones en 2010» durante la presidencia del conservador Nicolas Sarkozy, dijo Dominique Holle, una sindicalista.
Reforma de pensiones
Es una promesa de campaña que tiene como objetivo eliminar los 42 regímenes especiales que existen actualmente y que otorgan privilegios a ciertas categorías profesionales. En cambio, existirá un sistema único, por puntos, donde todos los trabajadores gozarán de los mismos derechos a la hora de recibir una pensión una vez que se jubilen.
Para el gobierno este es un “sistema más justo y simple”. Sin embargo, los sindicatos temen en cambio que el nuevo sistema atrase la jubilación, actualmente de 62 años, y disminuya el nivel de las pensiones.
Paralización en el país
Alrededor del 90% de los trenes de alta velocidad fueron anulados, 10 de las 16 líneas del metro de París estaban cerradas, cientos de vuelos fueron cancelados y la mayoría de las escuelas y colegios no abrieron sus puertas.
Los sindicatos amenazan con prolongar la huelga de forma indefinida. Los transportes públicos parisinos anunciaron ya que prolongarán el movimiento al menos hasta el lunes. La gente tuvo que caminar temprano hacia sus destinos.
La Torre Eiffel cerrada
Los turistas no pudieron visitar la Torre Eiffel, uno de los lugares más visitados de la ciudad porque no había suficiente personal para «abrir en condiciones óptimas de seguridad y acogida al público». Por su parte, el Castillo de Versalles, en las afueras de París, aconsejó a los turistas «posponer» las visitas el jueves y viernes.
Tampoco era posible llegar al aeropuerto Charles De Gaulle. El paro de una parte de los controladores aéreos obligó a la compañía nacional Air France a anular 30% de sus vuelos domésticos y 15% de sus vuelos europeos.
Policías, recolectores de basura, abogados, jubilados, transportistas y los «chalecos amarillos», el potente movimiento social de protesta surgido en noviembre de 2018 en Francia, se sumaron también al paro.