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Primer Día Internacional de la Cultura Científica busca vínculos con la sociedad

Quito, 28 sep (La Calle). – En homenaje al estreno del programa de divulgación científica “Cosmos” de Carl Sagan en 1980, hoy, 28 de septiembre de 2020, se conmemora el 1er Día Internacional de la Cultura Científica.

La iniciativa surgió el 14 de febrero de 2020 en México. Un grupo de docentes, estudiantes, investigadores y divulgadores de la ciencia plantearon que, cada 28 de septiembre, se celebre el Día del Divulgador/Comunicador científico.

Organizaciones mexicanas de divulgación científica y diversas iniciativas proponen que se conmemore el “Primer día internacional del divulgador de la ciencia y la cultura”; “Día Mundial de la Cultura Científica” o “Día Internacional de la Cultura Científica”. Todas las iniciativas surgieron con un solo objetivo, celebrar el trabajo permanente de las y los divulgadores científicos a nivel mundial.

Ecuador, el día del divulgador

En Ecuador, conforme al Art. 66 de los derechos de la libertad de la Constitución de la República y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la comunidad de expertos en temas de cultura científica declara al 28 de septiembre como el Día del Divulgador y Divulgadora de la Ciencia y la Cultura Científica en Ecuador.

Sofi Cabrera, directora de la Comunidad de Divulgadores del Conocimiento Científico y Ancestral del Ecuador, Kuna, cuenta sobre la relevancia y los avances de este espacio en Ecuador , a través de esta entrevista.

¿Qué significado tiene la conmemoración de este día?

Se lo hace para conmemorar la importancia de la ciencia como parte de la cultura y evidenciar el trabajo que realizan las y los divulgadores en esta forma de conectar el conocimiento científico a la sociedad.

Hace 40 años, se estrenó el programa de televisión “Cosmos” de Carl Sagan. Varias organizaciones de México, con la UNESCO y la Red de popularización de la ciencia y la tecnología en américa latina y el caribe deciden colocar esta fecha para conmemorar la divulgación de la ciencia.

¿Tenemos una cultura de divulgación científica o se ha quedado relegada a espacios reducidos?

En Ecuador se han hecho algunas propuestas para vincular la divulgación de la ciencia en el país. Una de ellas fue la primera Maestría en Comunicación pública de la ciencia, en el año 2007. Antes de esto, también existía Fundacyt, una Fundación de Ciencia y Tecnología que contaba con su propia agencia de noticias.

En la actualidad, desde hace cinco años, hay un avance en este proceso por el uso de las nuevas tecnologías. Las redes sociales empezaron a incidir. Muchas personas que ya trabajábamos en este campo nos unimos para formar un colectivo. Muestra de ello es la Red DivulgaCiencia y Kuna.

¿Por qué es indispensable que se implemente la cultura científica en todos los niveles?.

Es una forma de entender que el conocimiento está en tránsito. La ciencia debe compartirse con la sociedad porque lo necesita, así como los investigadores requieren hacer ciencia.

Con la realidad que estamos viviendo, la gente necesita insumos del conocimiento científico en un lenguaje no técnico para comprender la realidad y tomar decisiones. La importancia de la cultura científica en todos los niveles académicos existe porque la ciencia nace en los laboratorios de investigación de las universidades.

¿En medio de la pandemia por la Covid-19, qué impacto ha tenido la cultura científica en Ecuador?

Se ha evidenciado la necesidad de conectar a la comunidad científica con la sociedad. Es indispensable capacitar a los periodistas en el manejo de fuentes de información sobre ciencia y tecnología porque aquellos que tuvieron que cubrir la pandemia no estaban especializados.

Periodistas políticos, deportivos o económicos tuvieron que lanzarse a cubrir temas de salud y entender epidemiología, por ejemplo.

Por otro lado, está la capacitación a los científicos y científicas para que aprendan a divulgar ciencia. Es necesario romper paradigmas de que la ciencia es complicada o solo es para la comunidad de científicos.

La pandemia evidenció la necesidad de fortalecer los procesos de innovación científica, desde todas las aristas, en un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo.