- El cambio climático en las últimas décadas ha creado una nueva agenda en el sector privado en relación al cuidado del medio ambiente y sus ecosistemas.
- Actualmente se han posicionado nuevos métodos de desarrollo sostenibles, que impulsan la reducción de los residuos desechables en el mundo de forma exponencial.
Quito, 28 may (La Calle). – Solo el 18 % del plástico en el mundo es reciclado;a esto se suma que 8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos por año. Minimizar el desperdicio final de los procesos productivos es una forma de lograr mayor eficiencia; a la vez se disminuye el impacto al medio ambiente.
No tomar conciencia sobre los desastres que causa es lo que ha provocado los incendios en Australia y Estados Unidos y el paso del huracán Iota por el Caribe. Estas catástrofes se convirtieron en alertas que impulsaron la búsqueda de alternativas de producción amigables con el medio ambiente y la naturaleza desde uno de los sectores claves de la vida humana: el empresarial. A la fecha, existen nuevas metodologías que permiten reducir el consumo de recursos naturales y generan oportunidades para la innovación, incrementar la competitividad y favorecer la generación de empleo.
Según lo explica Carolina Vargas, Head de Sostenibilidad en BASF, hoy en día se pueden ver sistemas enfocados en crear cadenas de valor eficientes. “La sostenibilidad es parte de nuestro ADN. Se materializa en nuestro sistema Verbund, en el cual se da una integración física de la producción, que minimiza el desperdicio y posteriormente lo convierte en materia prima de un proceso posterior. Así se logra incluso eficiencia energética en nuestros sitios productivos”, agrega Vargas.
Pocas empresas contribuyen
La sostenibilidad y la circularidad no son conceptos nuevos. Aún son pocas las compañías en el mundo que han establecido estos modelos en sus procesos productivos. La transición exige cambios no sólo en la estructura actual de producción a cargo de las empresas, sino también en el marco regulatorio ambiental y en los hábitos de consumo. Además, los usuarios dejan de ser el último eslabón de la cadena de producción y pasan a ser un elemento central para cerrar el ciclo; cooperan en la recuperación de materiales, que pueden ser reciclados o reusados en futuros ciclos de producción.
Para el 2021, BASF creó un fondo de recursos global de 5 millones de euros para incentivar proyectos de economía circular. Equipos internos formulados por equipos internos junto a clientes alrededor del mundo, así como financiarlos en su desarrollo. Así mismo, la compañía tiene como compromiso usar 250.000 toneladas métricas de materia prima reciclada para 2025 a nivel global.
“Sin duda, este es el camino idóneo hacia un mayor crecimiento en términos económicos y sociales; además es la vía hacia un impacto ambiental realmente positivo que beneficie a todos los actores de la cadena y en general a la sociedad. Seguir trabajando por la reutilización y reducción de plásticos de un solo uso en el comercio es la oportunidad para adoptar nuevos modelos de producción. De esta manera, podemos demostrar que ser sostenibles, rentables y competitivos, es posible”, finaliza Vargas.