Por: Alexis Ponce / defensor de DD.HH.
Velozmente, como la privada USFQ hiciera con su reciente Honoris Causa (ni Biden, ni Xi Jiping, ni la estadista de Nueva Zelanda, que antes manejaron de forma impecable la pandemia, recibieron aldeano honoris en sus respectivos países), ayer condecoraron en Carondelet al rostro visible de la reaccionaria «Internacional Liberal», es decir al ‘buen escritor pero pésimo político’, como el fallecido y brillante intelectual peruano Marco Aurelio De Negri definiera a Mario Vargas Llosa.
Es imposible no recordar que Vargas Llosa y su Internacional política apoyaron abiertamente (¿»con plata y persona», no hubo necesidad?) a Lasso en la campaña electoral de este 2021. Como luego y más recientemente lo harían ambos, Lasso y Vargas Llosa, a Keiko Fujimori en Perú, y a la que en el 2016 el escritor la llamó «delincuente». Todo, con tal de que no gane «el castrochavismo» como la paranoia del «construye un Enemigo» aconseja desde Goebbels en adelante.
No es por la literatura que se premia a Vargas Llosa en Carondelet. Esa es la explicación oficial para los bobos de la red social y para los cultos lectores de ‘La Posta’. Es más un acto político de agradecimiento y continuidad del apoyo, por los favores mutuamente reciprocados. Si fueran sinceros debieran condecorar, con igual distinción, a Bolsonaro del Brasil, al asesor de Macri de Argentina, a Uribe y Duque de Colombia, al PP y al neofascio VOX de España. Y de paso a Trump de EEUU y Orbán de Hungría.
Porque tras la estridente parafernalia, lo que se percibe es una estrategia de carácter internacional y regional. Solo aquí, en mi patria boba, no se lo expone así ni se lo devela de forma sistemática. Ya harán igual intervencionismo, todos los nombrados, para intentar torcer y ensuciar las elecciones en Colombia y Brasil, todo con tal de, otra vez, imponer su manipulada muletilla del «Que no gane el castro-chavismo». Es decir, que no ganen los candidatos que se perfilan como ganadores en ambas naciones: Petro y Lula.
Así que la literatura fue solo el pretexto. Solo basta revisar el discurso del presidente y del esperpéntico escritor.
Revistieron la condecoración «por sus aportes a la literatura», obviamente. Pero dudo mucho que los dadores rapiditos de la medalla en Carondelet -y las cotorras mediáticas que impusieron un solo libreto informativo-, hayan leído «Las cinco esquinas»… si se dieron el lujo (el condecorado y los condecoradores) de apoyar a Keiko Fujimori.
Tras toda hojarasca, siempre busca y hallarás otras intenciones. A quien ame la literatura, le pido leer «Las cinco esquinas» y luego contarme los enormes vacíos amnésicos actuales de su autor.
La impresionante carta del intelectual boliviano Álvaro García Linera a Vargas Llosa, que publiqué en mi modesta red meses atrás, que no se le citó en el palacio de las alabanzas of course, me sirve de colofón al Recorte de Prensa que escogí como «afiche» para acompañar este análisis.