¿Por qué Daniel Noboa NO es claro en el tema declaraciones?

Los Noboa y los impuestos: ¿transparencia o una historia repetida?

Desde el legado de su padre, los Noboa han estado bajo el escrutinio público debido a polémicas relacionadas con impuestos y declaraciones fiscales que parecen alejarse de la realidad. En este contexto, surgen preguntas fundamentales: ¿Por qué Daniel Noboa no es claro en el tema de las declaraciones fiscales?

Daniel Noboa, sin duda, es el heredero de una de las fortunas más grandes del Ecuador. Sin embargo, su apellido está inevitablemente vinculado a controversias sobre el pago de impuestos y las deudas con el Estado. En el ámbito personal, el actual presidente y candidato presenta una declaración tributaria en el Servicio de Rentas Internas (SRI) que resulta, cuanto menos, desconcertante. Su contribución fiscal guarda más semejanza con la de una persona de clase media alta que con alguien perteneciente a la élite económica del país.

ImagenTomado del sitio oficial del SRI Ecuador: https://srienlinea.sri.gob.ec/sri-en-linea/SriDeclaracionesWeb/ConsultaImpuestoRenta/Consultas/consultaImpuestoRenta

Tomado del sitio oficial del SRI Ecuador: https://srienlinea.sri.gob.ec/sri-en-linea/SriDeclaracionesWeb/ConsultaImpuestoRenta/Consultas/consultaImpuestoRenta

¿Qué dicen los datos del SRI?

Según información del Servicio de Rentas Internas (SRI), en 2018, el primer año en que Noboa presentó declaraciones tributarias, pagó más de 12 mil dólares en impuesto a la salida de divisas (ISD). Esto indica que sacó del país alrededor de 240 mil dólares. Más aún, en 2021, su contribución en impuesto a la renta fue de poco más de mil dólares, una cifra que equivale a lo que pagaría un trabajador con ingresos aproximados de 2 mil dólares mensuales. ¿Cómo puede una de las mayores fortunas del país generar una carga tributaria tan baja? Estas cifras plantean serias dudas sobre posibles estrategias de planificación fiscal que podrían ocultar la realidad de sus ingresos.

La élite y el discurso tributario

En los últimos tres gobiernos del Ecuador, encabezados por empresarios, se ha prometido reducir los impuestos. Sin embargo, estas promesas no se han cumplido. Al contrario, la carga tributaria ha aumentado, afectando principalmente a las clases medias y bajas, mientras que la élite económica parece evadir su responsabilidad mediante privilegios o mecanismos que limitan la exigibilidad de sus contribuciones. Esto plantea una pregunta crucial: ¿qué interés tienen los líderes políticos en reformar un sistema que, en la práctica, favorece a su círculo más cercano?

Un país en crisis múltiple

Mientras tanto, el Ecuador se enfrenta a una crisis generalizada: violencia, corrupción, descomposición moral, colapso económico y una justicia que parece inalcanzable para muchos. A pesar de esta realidad, los grandes medios de comunicación –muchos de ellos vinculados a intereses empresariales– han logrado imponer narrativas que desvían la atención de estos problemas estructurales. Así, el miedo y la resignación parecen ganar terreno frente a una sociedad que aún no encuentra el punto de quiebre para exigir rendición de cuentas.

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